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Actualizado: 23 de junio de 2025


Esto hicimos nosotros aquella mañana: salimos á la calle á la buena de Dios; y como lo primero que divisamos fuese, á muy pocos pasos de la puerta del hotel, cierto arco de piedra que daba acceso á una gran plaza con árboles y jardines, nos dirigimos allá resueltamente, no sin preguntarnos antes con tanto énfasis como si acabásemos de descubrir la India. ¿Qué plaza será ésta?

De sus capiteles arrancan un arco conopial con frondario y tope, y el lambel que le cobija: entre el dintel y el conopio resulta un témpano adornado de grutescos realzados, y entre el conopio y el lambel resultan como dos enjutas que llevan círculos tambien reelevados, destinados al parecer á trabajos de escultura, como bustos ó escudos.

El origen del arco llamado de herradura que usaron con predileccion los Arabes en España durante el Califato de Córdoba, ha sido objeto de muchas investigaciones arqueológicas. Batissier hace mérito en una de sus notas de la opinion de algunos que consideran este arco como una especie de símbolo de la huida del falso Profeta á Medina, que ocurrió en un novilunio.

En la pared que cierra esta capilla por el lado de mediodia se ve al esterior un arco árabe con inscripcion al rededor y muy delicadas labores, ya casi borradas con las repetidas enjalbegaduras á que son por desgracia tan aficionados los andaluces de nuestros tiempos. Creemos este arco resto de la primitiva fábrica de la capilla. Capilla de S. Antonio Abad.

Cualquier cosa que sea arbitraria y extravagante. Lleva en el alma un viento de locura y de aventuras este pintoresco enfermo de lo maravilloso. Sindulfo, arqueólogo y cazador de alimañas HA venido a verme el señor Sindulfo del Arco, arqueólogo y cazador de jirafas. Como comprenderéis es un personaje inquietador.

La laguna es transparente, casi sin ondas, y el agua, saliendo por un arco de algunas pulgadas de altura, se extiende sin temor. Inclinado sobre el agua que centellea por los rayos del sol, medito mirando la sombra por donde sale, y envidio la pequeña araña acuática que corre patinando sobre la superficie líquida y va á refugiarse en un agujero de la roca.

La puerta principal da á un buen vestíbulo, circuido de columnas jónicas, que sostienen un grande arco, orlado de trofeos militares. Este vestíbulo conduce al patio que se llama de honor, cuya longitud no bajará de ciento cuarenta á ciento cincuenta varas, sobre setenta de latitud.

En el fondo de un arco sepulcral revestido de mármoles negros, arrodillada delante de un reclinatorio, con las manos juntas y la cara vuelta hacia el altar, vieron, en efecto, la imagen de una mujer tan bella, que jamás salió otra igual de manos de un escultor, ni el deseo pudo pintarla en la fantasía más soberanamente hermosa. En verdad que es un ángel, exclamó uno de ellos.

El arco habia dejado de ser un trofeo, para convertirse en un panteon. En este momento la luna se despeja, ilumina la sombra que me rodeaba, y quitándome instantáneamente el punto de vista, me pareció que el arco se movia, y que avanzaba, con todos sus huéspedes y sus combates, hácia la plaza de la Concordia.

Pero antes de que llegue hasta nosotros pasa por cuatro cuerpos: el azul, el rojo, el amarillo y el verde. Por eso vemos el arco iris. Según el color que predomina, así es el tiempo. Además, están los ocho vientos; pero éstos sólo los entiende el que los maneja, que es Dios. ¿No es esto cierto y clarísimo? Pues los señores sabios no quieren oírme.

Palabra del Dia

vorsado

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