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Actualizado: 18 de junio de 2025


Panoramas. El Lagnas. Aguas minerales. El río Quiapo y el Maasim. Barrio de Maasim. Su riqueza y necesidades. Un indio rico. Apunte de una idea financiera. Cambio de caballos. Vista de Tiaong. Su situación, límites, historia, salubridad, productos y estadística. Aspecto del pueblo. Inclinaciones de sus habitantes. La resistencia pasiva. Falta de edificios. El consabido baile. Brillantes y sayas.

El marido, Hunding, el feroz cazador, se despide de él al terminar la rústica cena «Tu padre era el Lobo y yo soy de la raza de los cazadores. Hasta que apunte el día mi casa te protege, eres mi huésped; pero así que el sol se remonte, serás mi enemigo y combatiremos... Mujer, prepara la bebida de la noche y vámonos al lecho».

Aquel hombre guapín, que siempre fue a Rosalía indiferente, pareciole entonces un bonito verdugo que se le presentaba con la cuerda y la hopa. ¡Y que no venía poco apremiante el tal!... ¡Vaya un apunte! Para el día 14 sin falta necesitaba eso.

Le dices que apunte un duro por ti y otro por . Es bastante. Bien debe saber que no somos potentadas. No me gustan guantes; pero cumplir en todas las circunstancias y no hacer un mal papel. Un duro por ti y otro por ; no lo olvides. No digas si podemos o no podemos más.

Apunté aquellas primeras horas, que ya usted ve la relación que tienen con los recuerdos póstumos de una amistad nacida aquel día y triste y definitivamente muerta hoy, el resto de mi vida de estudiante no nos entretendrá. Si los tres años que siguieron me inspiran en este momento algún interés, él es de otra índole y no influyen para nada en ese interés mis sentimientos de colegial.

Aquí vendría bien una descripción detallada de lo que vi... pero yo no hacía mi viaje para instruirme, sino para distraerme, y no tomé un solo apunte, ni hice una sola pregunta. Me contentaba con ver, y el misterio de lo desconocido que siempre tenía ante los ojos, me distraía.

¡La orden! ¡La orden! gritan a esta sazón. ¿Cómo la orden? exclama el autor asustado. ¿La han prohibido? No, señor, es la orden para empezar; habrá venido Su Alteza. Suena una campanilla. ¡Fuera, fuera! y salen precipitadamente de la escena aquella multitud de pies que se ven debajo del telón. ¡Cuidado con los arrojes, señor autor! dice un segundo apunte tomándolo de un brazo. ¿Qué es eso?

17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras, vuélvete, amado mío; semejante al gamo, o al cabrito de los ciervos, sobre los montes de Beter. 2 Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. 3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

; también D. Felicísimo me habló de él esta mañana.... No me acuerdo de su nombre... pero lo apunté y aquí debe de estar. Diciendo esto el buen jesuita metía la mano y después el brazo hasta el codo en el infinito bolsillo. No se moleste usted dijo Navarro tomando la carta de D. Felicísimo que abierta sobre el velador estaba, y mostrándosela a su amigo . ¿Es este su nombre?

Se explicaba, en efecto, de este modo y muy sencillamente, el tuteo y la familiaridad entre el médico y la nieta del Marmitón; pero lejos de oponerse, ¿no ayudaba esto a lo otro que yo sospechaba? Apunté, como en chanza, unas indagaciones en este sentido. Igual que si hubiera dado con los nudillos en una peña del monte. Hasta dudé si Neluco se había enterado de ellas.

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