United States or Kenya ? Vote for the TOP Country of the Week !


Era Pedro Carvallo, el hombre de más violento carácter y más iracundo que hubo en Portugal en aquellas edades. Terrible era además su encono contra Morsamor, primero por natural antipatía, y después por su rivalidad en amores con doña Sol, de quien Morsamor, en cierto modo había sido harto más favorecido.

Era un temperamento muy nervioso el suyo; no cabía en él la indiferencia: o amaba o aborrecía. Por eso, pasada la sorpresa, sin buscar la razón de tal antipatía, trocose presto su amor en odio. Y a los pocos días la brigadiera Ángela, si quiso, pudo observar que los ojos de Miguel no expresaban ninguna clase de adoración.

La secreta antipatía que inspira el acreedor manifestábase en el alma de Rubín en forma de un odio recóndito, nacido quizás del sentimiento de humillación que producen las deudas a toda persona de amor propio muy susceptible. El tal era Cándido Samaniego, hombre medio curial y medio negociante, en su trato afable, en sus negocios duro.

El doctor pensó que las que habían huido para evitarse su presencia eran las de Lizamendi. Aquella voz que protestaba era, sin duda, la de su mujer. La entrevista fué glacial, sin que la esposa del millonario hiciese el menor esfuerzo por disimular la antipatía que le inspiraba el médico. Sus ojos azules le miraban con fijeza desdeñosa. ¿A qué se presentaba allí? ¿Quién le había llamado?

En cambio, la señora de Maurescamp había concebido por el joven, desde la primera vez que le vio, la más grande antipatía, la que no se cuidaba de disimular. Fue, pues, con disgusto que le vio instalarse por tres semanas en la Venerie, en los primeros días de noviembre, pues hasta entonces, sólo había asistido a las comidas o al almuerzo con motivo de la caza.

Todo aquel día, había estado doña Paula en su lecho, quejándose de una fuerte opresión en el lado izquierdo, que le dificultaba mucho el respirar. No le gustaba llamar al médico, por esa antipatía invencible y aun terror que tiene la plebe a la ciencia.

Jaime seguía mirando al Ferrer con la irresistible atracción de la antipatía. Manteníase el verro silencioso y como distraído entre sus admiradores, que formaban corro en torno de él. Parecía no ver a los demás, fijos sus ojos en Margalida con una expresión dura, cual si pretendiese vencerla bajo esta mirada que infundía miedo a los hombres.

Hablando con los hombres era frío, de pocas y secas palabras; pero esta frialdad y aspereza subían de punto al tratar con las mujeres: para ellas sólo tenía en los labios acritud y en el pensamiento recelo. Su juventud y la vida libre del clero en aquellas tierras, hacían resaltar más esta antipatía a la mujer.

La fortuna de don Luis, con ser respetable, no era sino resto de lo mucho que gastó su padre en conspirar contra Sartorius y Narváez; pero lo que mejor heredó fue un grande amor al partido progresista, mucha antipatía a la demagogia, que se le antojaba cosa pagada con el oro de la reacción, y una repulsión invencible a moderados y carlistas.

A don Álvaro se le ocurría que sin tener de su parte a una criada, a la doncella mejor, era todo sino imposible muy difícil; pero ni siquiera se atrevió a proponer a Anita su idea; la vio siempre desconfiada, mostrando antipatía mal oculta hacia Petra, y comprendió además que era muy nueva la Regenta en esta clase de aventuras, para llegar al cinismo de ampararse de domésticas, y menos sabiendo de ellas que eran solicitadas por su marido.