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Actualizado: 22 de julio de 2025


Feli los contempló con ojos amorosos; sentía deseos de abrazarse a ellos, de comerse a besos sus hociquillos sonrosados y sucios, como si fuesen una imagen de la vida triunfadora, invadiendo el rincón del olvido. Maltrana, bajo la influencia de este ambiente melancólico y dulce, hablaba a Feli de sus ideas.

Después, Teresa, mujer hacendosa, preguntó á su marido por el resultado del viaje, quiso ver el caballo, y hasta la triste Roseta olvidó sus pesares amorosos para enterarse de la adquisición. Todos, grandes y pequeños, fuéronse al corral para ver el caballo, que Batistet acababa de instalar en el establo.

El lugar de la acción del primer acto es la residencia del gobernador de Gaeta, el cual, en la primera escena del mismo, felicita por su llegada al mismo sitio á su amigo el español Don Juan Roca, y á su joven esposa Serafina. Porcia, la hija del gobernador, traba pronto amistad con Serafina, confiándose ambas sus secretos amorosos.

El histórico Prado era el único sitio de solaz, y en su penumbra los grupos amorosos y las tertulias pasaban el tiempo en conversaciones más o menos aburridas, defendiéndose del calor con los abanicazos y los sorbos de agua fresca. Los madrileños que pasan el verano en la Villa son los verdaderos desterrados, los proscritos, y su único consuelo es decir que beben la mejor agua del mundo.

Pocos son los que no saben tocar la vihuela y el arpa , instrumentos de que se sirven para acompañar sus cantos amorosos; y tal es la causa de que los jóvenes, así en Madrid como en otras poblaciones, recorran de noche las calles con guitarras y linternas.

En los tiempos del prudente y piadosísimo Felipe II, no hubo auto de fe que achicharrara maldecidos y perniciosos herejes a que no asistiera cerca del monarca un Tumbaga. Y mientras Felipe III ocupó el trono, para mayor gloria de nuestro nombre y terror de nuestros enemigos, otro Tumbaga ilustró su apellido sirviendo los amorosos caprichos de Uceda, que era entonces como servir al Rey mismo.

Además, usted ha empezado a distinguirse en los últimos días como un rival de Nélida en punto a escandalizar a las buenas gentes. Sus «flirteos» casi han llamado tanto la atención como los de esa muchacha. Ella y usted son los dos primeros amorosos de a bordo.

Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos. No había la fraude, el engaño ni la malicia mezcládose con la verdad y llaneza.

La juventud rusa, todos aquellos aristócratas que tenían grados en la Guardia Imperial o altos puestos en la administración, hablaban con entusiasmo de la hermosa española y envidiaban a Selivestroff. El conde recordaba con melancolía la soledad de su castillo, guardadora de tantos recuerdos amorosos.

Yo, con tantos años a cuestas: yo, que en toda mi vida no he estado enamorado más que una vez... y por más señas que lo estuve de una buena moza, con quien me habría casado a no haberla sorprendido en chicoleos con el tambor mayor, que... Don Modesto, don Modesto gritó Rosa poniéndose erguida . Honre usted su nombre y mi estado y déjese de recuerdos amorosos.

Palabra del Dia

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