Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de junio de 2025


Serenó su semblante, y atrayendo á con ambas manos la cabeza de la joven, la dijo: ¡Oh, y cuan bien que brillaría sobre esta serena y noble frente una corona! , una corona de mirto y rosas purpúreas dijo doña Catalina sonriendo ; una corona de amor. Desconcertóse Quevedo; doña Catalina no tenía más ambición que su amor.

Aducía repetidos hechos reales, por los que todo hombre de buen criterio debía sentirse herido; censuraba la ligereza de los preceptos sociales y más todavía la de las pasiones; condenaba la facilidad de las conciencias cualesquiera que fueran las causas, ambición, gloria o vanidad.

En este momento comprendió la causa de su malhumor repentino. «La madre había hablado de las calumnias con que le querían perder... de las demasías de ambición, orgullo y sórdida codicia que le imputaban, de la influencia perniciosa en la vida de muchas familias que se le achacaba... pero ¿era todo calumnia? Oh, si la Regenta supiese quién era él, no le confiaría los secretos de su corazón.

Ahora de mucho, de todo, Catalina mía dijo Quevedo, rodeando la cintura de la condesa, que se estremeció. Cuenta conmigo. Cuidado con lo que ofreces dijo Quevedo. Todo cuanto yo pueda es tuyo. ¿La ambición de tu padre?... ... ¿La vida de tu esposo?... , y cien veces . Pasó algo terrible, inmenso, doloroso, por el alma de Quevedo, esto es, por sus ojos.

Yace envuelta en el polvo la cabeza De un jóven que vivió desconocido: Puso en su frente el sello la tristeza Y el estudio su tinte indefinido. En su alma la bondad tuvo un abrigo, Dió á la miseria simpatía y lloro, Colmó Dios su ambicion con un amigo, Y así partió su amor y su tesoro.

No hallaría en mi casa nada de lo que a él le agrada, sino una mujer muy buena y perfectamente abnegada, que todos los días me agradece el haberme casado con ella, que, gracias a , ve lo porvenir de color de rosa, que no tiene más ambición que verme dichoso por ahora y que se complacerá de mis éxitos el día en que se los haga apreciar.

Su pasión propia, la que espontáneamente hacía en él estragos era la ambición de dominar; pero esto ¿no era noble en el fondo? y ¿no era justo al cabo? ¿No merecía él ser el primero de la diócesis? El Obispo ¿no le reconocía de buen grado esta superioridad moral? Bastante hacía él contentándose, por ahora, con no mandar más que en Vetusta. ¡Oh! estaba seguro.

Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia; otros, por el de la adulación servil y baja; otros, por el de la hipocresía engañosa, y algunos, por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda, pero no la honra.

Mira, Reina, mira qué buen efecto produce decíame el cura. Cuando tenga un poco de plata, le haré dar una mano de pintura, o más bien, lo pintaré yo mismo; eso me divertirá y será más económico. La verdad es que pudiera ser un poco más alto, pero bueno es no tener demasiada ambición. Y el sencillo y excelente hombre, giraba con admiración, alrededor del púlpito.

Las bárbaras gentes del Norte salieron por pura ambicion de sus casas, i por pura valentia se hicieron señores de las ajenas. Todas las fuerzas que intentaban vanamente atajarles el paso, duraban ante ellas lo que un pequeño torbellino de polvo ante un viento recio é impetuoso.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando