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Previos muy corteses saludos y sin otro preámbulo, Narada, dijo lo siguiente: La verdad, sin jactancia, es que yo he fomentado y estimulado la ambición de Balarán desde mucho tiempo ha, infundiendo en su alma mi ardiente deseo de sacudir el yugo de los muslimes.

No , chico, no contestó Martín pero hay gente que se considera como un cacharro viejo, que lo mismo puede servir de taza que de escupidera. Yo no, yo siento en , aquí dentro, algo duro y fuerte... no explicarme. A Bautista le extrañaba esta ambición obscura de Martín, porque él era claro y ordenado y sabía muy bien lo que quería.

Se preocupaba de lo que yo pensaba, de lo que hacía y sin cesar me preguntaba qué era lo que en fin había resuelto emprender después que saliera de mi provincia. «He sabido me decía, que es usted el primero de la clase. Está muy bien. Pero no se envanezca por semejantes ventajas. La emulación en el colegio es la forma ingenua de una ambición que usted conocerá más tarde.

Pero Toledo compensaba lo escaso de la retribución con el placer de discursear sobre los tiempos felices de Felipe II, superiores á los presentes de liberalismo. Ahora sólo tengo una ambición, mi general terminaba diciendo : poder algún día vestir bien.

La ambicion que devoraba a los demas me era desconocida; su objeto no era el mio ... mis placeres, mis penas, mis pasiones y mi caracter me hacian parecer un estrano en medio del mundo. Aunque revestido de la misma forma de carne que las criaturas que me rodean, no sentia ninguna simpatia por ellas ... una sola ... pero yo hablare de ella luego.

»En fin, me resolví en que poco amor, poco juicio, mucha ambición y deseos de grandezas hicieron que se olvidase de las palabras con que me había engañado, entretenido y sustentado en mis firmes esperanzas y honestos deseos.

Yo he recibido ya las órdenes menores; he desechado de mi alma las vanidades del mundo; estoy tonsurado; me he consagrado al altar, y sin embargo, un porvenir de ambición se presenta a mis ojos y veo con gusto que puedo alcanzarle y me complazco en dar por ciertas y valederas las condiciones que tengo para ello, por más que a veces llame a la modestia en mi auxilio a fin de no confiar demasiado.

La religión sufre las consecuencias de la disolución de la sociedad; el curato es nominal, el púlpito no tiene auditorio, el sacerdote huye de la capilla solitaria o se desmoraliza en la inacción y en la soledad; los vicios, el simoniaquismo, la barbarie normal, penetran en su celda y convierten su superioridad moral en elementos de fortuna y de ambición, porque al fin concluye por hacerse caudillo de partido.

Estaba ya en autos con el Doctrino; ambos servían á Coletilla mediante respetables sumas y la promesa, solemnemente asegurada, de un destino en las Intendencias de Cuba ó Filipinas. Otros muchos entraban en el infame complot, y entre ellos una gran parte sin interés, guiados sólo por patriotismo mal entendido, por la ignorancia ó la ambición. Estos eran los más desdichados.

Conservo a mi único varón, cuando tantos otros padres han perdido los suyos. Su salud se modifica de continuo, tanto, que puede decirse ya que está del todo restablecido. Todo lo que os pido, Dios mío, es que le hagáis un buen cristiano. Combato, por mi parte, todo lo que puedo, todos los impulsos que la ambición pretende encender en mi pecho; todo esto que pido es en bien de mi hijo, de su alma.