Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 28 de junio de 2025


No tardaré yo en salvar la distancia, y el día en que menos lo pienses, apareceré a tu lado y me verás de hinojos a tus plantas, pidiéndote que correspondas al inmenso amor que me inspiras. No hay ya en calidad exótica y peregrina que te prohíba amarme.

Tenía en mi corazón un verdadero tesoro de abnegación, de amor y de respeto, al que no me era dado dar una mala colocación. En fin, encontré una mujer a quien amé, como ella quería ser amada, y que no amó como ella quiso amarme. Pertenecía al mundo más aristocrático.

¡La quiero a usté con toa mi arma! repitió doña Sol, remedando su acento y su ademán . ¿Y qué hay con eso?... ¡Ay, estos hombres egoístas, que se ven aplaudidos por las gentes y se figuran que todo ha sido creado para ellos!... «Te quiero con toda mi alma, y esto basta para que tengas que amarme también...» Pues no, señor. Yo no le quiero a usted, Gallardo. Es usted un amigo, y nada más.

Haced que os ame. ¡Pues qué! ¿no debéis amarme? Debo respetaros como á mi marido; y una prueba de mi respeto son el príncipe don Felipe, y las infantas nuestras hijas. ¡Ah! ¡ah! ¡me respetáis! ¡y os quejáis de que yo tema pasar de esa puerta, cuando en vez de amor que vengo buscando sólo encuentro respeto! ¿Habéis procurado que yo os ame...? Enamorado de vos me habéis visto...

Claro es, pues, que D. Jaime, aunque por acaso se sintiese inclinado a amarme, que lo dudo, desecharía de el amor como una tentación insana; como un disparate funesto. Luego interrumpió doña Manolita , no concibes que te quieran sino por cálculo. No te entiendo. Lo que lisonjea y enamora es que la quieran a una, aunque sea pobre, y no por ser rica.

«Al perder un hermano encuentro un primo... y, acaso, un novio... un esposo... «Yo, que amaba ya tanto a Raúl, ¿cómo voy a hacer para amarle más?... ¿Y él, querrá amarme? Usted me ayudará a conseguirlo, ¿verdadLos labios trémulos, los ojos fijos, las mejillas más pálidas que las de la moribunda, Liette permanecía rígida, muda, sin quejas, sin lágrimas...

Daría yo muestras de una desconfianza que no me honraría ni honraría a la compañera de mi vida. Haría creer que la sospechaba de liviana o de fácil. Ejercería contra mi mujer un acto tiránico, que tendría, además, algo de infamatorio. Ella tendría entonces razón para dejar de amarme..., para odiarme..., quizá para despreciarme

Pero tu Dios está enojado contigo objetó él . Le ofendiste al amarme; le ofendes al seguir amándome; viniendo aquí, le agraviastes más.... Con un pie en el borde del abismo para caer, con el cuerpo medio hundido ya en las llamas del infierno... mi Dios me salva y me perdona, si a él se convierte mi voluntad.... Ahora, ahora voy a pedirle que me salve.

Huyó la gente de para evitar el contagio, como si yo tuviera la peste. Hasta ese desventurado de Antoñuelo me insultó y me abandonó. Sólo don Paco fue constante en amarme y en respetarme. Pero, repito, ¿qué había yo de hacer?

¡Ah! señor cura repliqué rápidamente, si Francisco I y Buckingham estuvieran aquí, no se harían rogar mucho para amarme, y yo estaría contentísima. ¡Hum! El cura halló la respuesta desprovista de ortodoxia y susceptible de enojosas interpretaciones, y abandonando inmediatamente tan escabroso tema, me aconsejó resignación.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando