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Actualizado: 9 de julio de 2025
Tocan de la ribera los umbrales, Sale del rico esquife un caballero En hombros de otros quatro principales. En cuyo trage y ademan severo Vi de Mercurio al vivo la figura, De los fingidos dioses mensagero. En el gallardo talle y compostura, En los alados pies, y el Caduceo, Simbolo de prudencia y de cordura;
Á veces me habla V. del sol y de lo grande que es y de cómo atrae á los planetas y cometas; y á veces me describe los abismos del cielo, y me señala las más hermosas estrellas, y me declara sus nombres y la inmensa distancia á que están de nosotros, y el tiempo que tardan los rayos alados de su luz en herir nuestras pupilas.
Pero como el señor marqués no ha trabajado por la sola comodidad de los ladrones alados, sus agentes espían los momentos en que aquellos están ausentes en sus expediciones filibusteras, y les roban las olivas depositadas, que le producen al señor marqués un valor considerable en aceite.
Una multitud de ángeles alados, adornados con velos y anegados en lágrimas, se halla reunida en un teatro para contemplar un drama de esperanzas y de temores mientras la orquesta suspira por intervalos la música de las esferas.
Ved, señores, cómo de los infinitos huevecillos acariciados por el sol salen infinitos seres que ensayan entre las ramas su primer paso y su primer zumbido. ¿No oís cómo estrenan sus trompetillas esos niños alados, que vivirán un día y en un día alborotarán la vecindad de este olmo?
En el Ática me dijo aquel día de sobremesa don Amaranto, ostentando didácticamente un tenedor de peltre, al modo de férula se iba a buscar la sabiduría al mercado o bajo el pórtico de Júpiter Liberador, donde Sócrates, con palabra ligera y gesto sonriente, parteaba, como avezada comadrona, el alumbramiento de las ideas; al huerto umbrátil de Academo, donde Platón, de hombros anchos y labios melifluos, empollaba en las almas jóvenes los alados anhelos con que volasen de lo sensible a lo absoluto; en el Liceo, donde el seco Estagirita desmontaba en piezas la máquina del mundo, y mostraba sus relaciones, ensambladuras y modo de funcionar.
Pero por más recados de esta clase que dió, nunca pudo conseguir una respuesta de lo alto. En general, la mayor parte de los volátiles celestes jamás volvían á las regiones terrenales, pero de tarde en tarde la mujer de Adán lograba reconocer la cara de alguno de estos seres alados.
Megaterios, mastodontes, tortugas gigantescas, cocodrilos alados, todos esos seres quiméricos se hacinan en el caos espantoso. Hay millares de piedras amontonadas en el desfiladero, y cualquiera de ellas podría servir de cantera y bastar para la construcción de pueblos enteros.
Y del sello roto saltaba un caballo rojizo. Su jinete movía sobre la cabeza una enorme espada. Era la Guerra. La tranquilidad huía del mundo ante su galope furioso: los hombres iban á exterminarse. Al abrirse el tercer sello, otro de los animales alados mugía como un trueno: «¡Aparece!» Y Juan veía un caballo negro.
En los labios de la joven susurraba alegre cancioncilla que parecía un eco suave, apenas perceptible, de la que cantaban los alados músicos en su prisión de cañas y en la copa de los naranjos ornados ya con amarillas pomas. Al salir me detenía a conversar con la doncella.
Palabra del Dia
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