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Pero como el señor marqués no ha trabajado por la sola comodidad de los ladrones alados, sus agentes espían los momentos en que aquellos están ausentes en sus expediciones filibusteras, y les roban las olivas depositadas, que le producen al señor marqués un valor considerable en aceite.

Los peligros de toda clase hormiguean en el mundo y nos vemos acechados constantemente por un enjambre de enemigos que espían nuestros pasos para caer de improviso sobre nosotros al menor descuido.

Algunas aves aficionadas á su carne lo espían y lo cogen al dar el vuelo; otras veces se elevan tanto que vienen á caer en las cubiertas de los barcos. Nosotros hemos tenido ocasión de examinar algunos de éstos en el viaje á Filipinas, pues en los días de viento eran muchos los que caían á cubierta. Tiburón.

RAÚL. ¿Y la reacción...? ...! ¡Ten cuidado...! ¡Nos espían...! FRAICHEROSE. ¿Qué dices...? Supongo que no te avergonzarás de ... Pero ¿qué estás hablando ahí...? Soy prudente por ti, a causa de Blucher...

Como no aparecía el chino que debía traer el plato, levantóse uno de los estudiantes y se fué al fondo, hácia el balcon que daba al río; mas se volvió inmediatamente haciendo señas misteriosas. Nos espían; ¡he visto al favorito del P. Sibyla! ¿? exclamó Isagani levantándose. Es inútil; al verme se ha ido. Y acercándose á la ventana, miró hácia la plaza.

Por ellos supe tu llegada continuó . Te espían, aguardan un momento favorable. ¿Quién sabe si te habrán seguido hasta aquí?... ¡Ulises, huye; tu vida está amenazada seriamente! El capitán volvió á levantar los hombros con expresión de desprecio. ¡Huye, te repito!... Y si puedes, si te inspiro un poco de compasión, si no te soy completamente indiferente... ¡llévame contigo!

Ni siquiera llega a enterarse de que su vida transcurre entre millones y millones de ascendientes que están amontonados a pocos pasos de él y le espían y dirigen. Obedece ciegamente sus tirones, sin saber dónde termina el cabo de la cuerda amarrado a su alma; cree todos sus actos ¡pobre autómata! producto de su voluntad, cuando no son más que imposiciones de los omnipotentes invisibles.

No gozo un solo instante de libertad: mis siervas espían mis mas inocentes acciones; los eunucos que de noche velan mi sueño, las almeas que crees destinadas tan solo á divertirme con sus bailes, las tellaks que te imaginas consagradas esclusivamente á mi servicio en el baño, son, sin sospecharlo tal vez, los ciegos instrumentos de la tiranía marital.

Pero recuerde, y esto es lo que principalmente quería decirle, que nunca, ni de día ni de noche, estará usted seguro aquí. Tres personas, tres guardianes le siguen a usted constantemente ¿no es así? Pues a ellos los siguen y espían otros tres. Esas hechuras de Miguel no se hallan nunca a más de quinientos pasos de usted. Si llega un momento en que lo hallen solo está usted perdido.

Inmediatamente sale otra partida igual, y así turna todo el año. La experiencia ha hecho ver siempre, que cuando los indios resuelven un insulto, espian oportunamente una de dichas partidas por la tarde, y la cortan con facilidad, poniéndose de noche tras de ella para matarla por la madrugada infaliblemente.