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Actualizado: 2 de junio de 2025
Nuestra reina es una guapa señora; pero para U. no hay mejor reina que la libertad. Enhorabuena.» La Corte es un mundo muy diferente de la aristocracia. Talvez la de España es la mas corrompida de Europa, despues de las de Turquía y Roma. Es allí donde se agitan y pululan los mas extraños manejos y las mas impuras intrigas, á despecho de la nacion española.
D. Nicolas de Arredondo. Al mismo, para que haga retirar las partidas. Exmo. Señor: Asumpcion, 13 de Febrero de 1791. El celo de los reales intereses me precisa á insinuar á V. E. algunas reflexiones que agitan mi espiritu con mayor viveza en estos últimos tiempos.
Luego, una especie de collarete, graciosamente cortado, oscila alrededor de los puntos prominentes de la orilla, de los juncos y las raíces sumergidas en el agua, y cada una de esas franjas de hielo, adquiere sucesivamente desde el tono mate del cristal sucio, al brillo del diamante, según el movimiento de las pequeñas ondulaciones que la agitan y la hacen contenerse, tan pronto sobre una capa de aire como sobre la misma masa de agua.
Entonces repercuten los montes en la altura, los árboles se agitan de confín a confín; aullan los ganados, retumba la espesura, sus espíritus dicen que van a la llanura llamados por los muertos a fúnebre festín.
Después que se alejan el Rey y Roberto, expresa el Condestable, en frases apasionadas, los diversos sentimientos que lo agitan, y su confusión se hace mayor cuando se abre de repente ante sus ojos la entrada oculta en la pared, y se presenta una criada que trae una carta de Blanca para el Rey. Se apodera de ella y sabe, al leerla, que Blanca se ha casado sólo por vengarse.
La muchedumbre se abría para dejar paso a las bestias, pero muchos se abalanzaron al carruaje como si quisieran caer bajo sus ruedas. Agitábanse sombreros y bastones: un estremecimiento de entusiasmo corrió por el gentío; uno de esos contagios que agitan y enloquecen a las masas en ciertas horas, haciendo gritar a todos sin saber por qué: ¡Olé los hombres valientes!... ¡Viva España!
Pág. 35. He creido inútil ventilar en esta obra las muchas cuestiones que se agitan sobre los sentidos, en sus relaciones con los objetos externos, y la generacion de las ideas. Esto me hubiera llevado fuera de mi propósito, y ademas no habria servido de nada para enseñar á hacer buen uso de los mismos sentidos.
Oí, en efecto, gran algazara, y, al tender la vista por el taller, observo que todos los rostros están vueltos hacia mí, sonrientes; que se agitan las manos, imitando mis ademanes, un poco descompasados; que se tose, y se estornuda, y se ríe, y se patea. Esta noche pase uté por casa. Vivo en Triana, calle de San Jasinto. Pregunte uté por el corral de la Parra me dijo Paca cada vez más agitada.
Y entonces, ¡cuán profundo es el éxtasis de ese su sueño! De mañana, ellas se levantan, y su velo lunar vuela por los cielos mientras se agitan como pálido albatros al soplo de la tempestad que las sacude como a casi todas las cosas.
Sin fuerza y medio muertos la mitad de los pasageros con las imponderables bascas que causa el balance de un navío en los nervios y en todos los humores que en opuestas direcciones se agitan, ni aun para temer el riesgo tenian ánimo: la otra mitad gritaba y rezaba; estaban rasgadas las velas, las xarcias rotas, y abierta la nave: quien podia trabajaba, nadie se entendia, y nadie mandaba. Algo ayudaba á la faena el anabautista, que estaba sobre el combes, quando un furioso marinero le pega un fiero embion, y le derriba en las tablas; pero fué tanto el esfuerzo que al empujarle hizo, que se cayó de cabeza fuera del navío, y se quedó colgado y agarrado de una porcion del mástil roto. Acudió el buen Santiago á socorrerle, y le ayudó á subir; pero con la fuerza que para ello hizo, se cayó en la mar á vista del marinero que le dexó ahogarse, sin dignarse siquiera de mirarle. Candido que se acerca, y ve á su bienhechor que viene un instante sobre el agua, y que se hunde para siempre, se quiere tirar tras de el al mar; pero le detiene el filósofo Panglós, demostrándole que habia sido criada la cala de Lisboa con destino á que se ahogara en ella el anabautista. Probándolo estaba
Palabra del Dia
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