Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
El mismo imperio que ejerce Pepita sobre un hombre tan descreído como mi padre, sobre una naturaleza tan varonil y poco sentimental, tiene en verdad mucho de raro. No explican tampoco las buenas obras de Pepita el respeto y afecto que infunde por lo general en estos rústicos.
Diálogos así han ocupado a más de una pareja de tejedores, de rostro pálido, cuyas almas incultas parecían pequeñas criaturas recientemente aladas, revoloteando abandonadas en el crepúsculo. Habíale parecido al confiado Silas que su amistad no se había enfriado, aun después que un nuevo afecto, de naturaleza más íntima, había brotado en su corazón.
No hay en mí generosidad, más hay afecto. Pues bien: si somos hermanos, podemos hablar con franqueza. Yo la observaba y vi que su frente se había serenado. Sí, hablemos con franqueza la dije. Pues bien: he amado a un hombre. ¿A un hombre digno de ti? ¿Digno de mí! ¡digno de ser adorado, digno de una felicidad que le ha negado Dios! ¿Joven? Joven y hermoso. ¿Y él te amaba?
Mira, Carmen, ya conocerás en mi semblante que me pasa algo grave. Te he querido y te quiero muchísimo, porque eres una niña buena y hermosa, y porque sé el cariño que me profesas. El afecto que me inspiras es dulce y profundo, y tiene algo del amor fraternal. Todos los días risueños de mi existencia van unidos indisolublemente á tu imagen bella.
Sí, mi querido Godfrey decía Nancy, sentada y con las manos estrechamente unidas, expresando su pesar con el ardiente afecto de su mirada , es posible que la niña no acabe mal en casa del tejedor, pero él no fue a buscarla como nosotros lo haríamos.
Perezoso, afecto a la embriaguez, irascible, camorrista y valiente como era, comenzó a turbar con frecuencia la paz de este pueblo, tan tranquilo siempre, y no pocas veces, con sus escándalos y pendencias, puso en alarma a los habitantes y dió que hacer a sus autoridades.
Y cuando tras una declaración como esta que halagaba su amor propio, dándole cierta tranquilidad para después de la muerte, pasaba por las calles de Alcira con su hábito modesto y su mantilla, no muy limpia, saludada con afecto por los vecinos más importantes, le perdonaba a su Ramón todos los devaneos de que tenía noticia y daba por bien empleados los sacrificios de fortuna.
Era fuerte, valiente, tímida, tostada por el sol y por el aire del mar, con las cejas un poco juntas. Aquel día estaba vestida de fiesta: llevaba una blusa clara, una falda azul, medias rojas y alpargatas blancas. Cualquier cosa la confundía y la turbaba. Me pareció ser una excelente amiga para Mary y que la tenía mucho afecto. Mary me dijo que ellas iban al faro.
Volvió Elisa a Madrid. Vió al Conde en teatros, paseos y tertulias, y halló en él tanta cordialidad y tan amistoso afecto, que tuvo por más cierta que nunca su indiferencia para con ella en punto a los amores. La indiferencia no podía ser afectada o fingida de aquella manera. Esto empezó a herir la vanidad de Elisa.
Mira si es bueno para los míos continúa con apresuramiento, como si creyera no poder encontrar bastante afecto para acumularlo sobre la cabeza de Martín. Quería darles cada año una pensión, no sé de cuánto; pero yo no lo he consentido, porque no podía conciliarme con la idea de que mi padre estuviera reducido a aceptar una limosna en sus últimos días, aunque se la diese su yerno.
Palabra del Dia
Otros Mirando