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Actualizado: 3 de junio de 2025
No, yo no le tengo; me lo dice la conciencia.... Y dice perfectamente. Ni yo tengo derecho para aconsejarte nada trágico. Cuando te casé con ella, porque yo te casé, Víctor, bien te acordarás, creí hacer la felicidad de ambos.... Y no parecía que te habías equivocado. La mía la habías hecho. La de ella... durante más de diez años pareció que también.
Un estremecimiento sacudió el cuerpo del mozo de la Braña. ¡Oh, por mí!... ¡Bien te acordarás cuando seas señora y vistas de seda y cuelgues de las orejas pendientes que reluzcan como candelas de este pobre aldeano que allá en la Braña destripa terrones! Calla, Nolo, calla profirió ella con acento severo. No me obligues á decir lo que no debo. Lo que soy ahora lo seré siempre para ti.
17 y digas en tu corazón: Mi potencia y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Antes te acordarás del SE
26 Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria. 27 Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto; ni más levantarás a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. 28 Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo;
Chinchoso, feo; como lo hagas, mañana te doy un pellizco que te acordarás toa la vía. «Efectivamente decía yo para mí mientras caminaba hacia casa , merecía que se lo llamase; ¡pero es tan salada!» Por aquellos días ocurrió en la casa donde vivía una desgracia que, si bien no me tocaba de cerca, no dejó de impresionarme. Una mañana, un poco antes de almorzar, noté cierto movimiento.
Y yo, con la buena enseñanza cristiana que he mamado, tengo en el alma este otro propósito: «Haz lo que debas y suceda lo que suceda.» ¡Hola! ¡ya caigo! dijo con concentrada ira el guarda. Mañana me voy; no volverás á verme; ¡pero por estas que me afeito, que te acordarás de mí mientras memoria tengas! Diciendo esto, el guarda se alejó rápidamente y desapareció entre los olivos.
Ya no te acordarás de cómo son las misas de aguinaldo.... No son como antes, ¡cuándo! pero verás cómo te gustan. ¿Qué allá en México no hay misas así? Mientras mi tía hablaba, Angelina puso en orden las cosas de las mesas; cerró cajas y cajitas; las alineó en un extremo, recogió los alambrillos dispersos y tapó el cacito del engrudo para que los ratones no hicieran de las suyas en él.
Como ya he dicho que estaba algún tanto excitado y deseaba con extraño anhelo declarar mis sentimientos a la hermana, cogí la ocasión por los pelos en cuanto se presentó. Di, chiquito, ¿te acordarás de mí cuando me vaya, o te acordarás tan sólo de los caramelos? preguntaba bajando la cabeza hasta ponerla a nivel de la del niño.
Alguna vez da sus botes de carnero; pero total nada... en el fondo es muy noble la Linda... Mira, tú, cuando la compré, o, por mejor decir, cuando la cambié por el Negrillo, dando mil quinientos reales encima, allá en el mes de octubre, bien te acordarás, tenía una porción de zunas. Se me plantaba a lo mejor en medio de la carretera, se espantaba con los carros... en fin, un animal perdido.
La hija de su hermano el médico, una muchacha que hasta ahora ha ido por el mundo cantando óperas. Tú no te acordarás del doctor Moreno, que tanto dio que hablar en sus tiempos... ¡Vaya si se acordaba! No necesitó poner en tortura su memoria. Aquel nombre aún se conservaba fresco entre los recuerdos de la niñez.
Palabra del Dia
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