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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Hija mía, párese usted y piense bien lo que hace dijo el amigo, acercándose cariñosamente a ella . Eso de devolver dinero es un romanticismo impropio de estos tiempos. Sólo se devuelve el dinero que se ha robado, y usted tenía derecho a que él le diera, no sólo eso, sino muchísimo más.
Acercándose prudentemente oyó Roger los sonidos de una flauta y rodeando el vallado creció de punto su sorpresa al ver á dos jóvenes que, sin gran dificultad al parecer, se sostenían cabeza abajo sobre la hierba y tocaban sendas flautas, á la vez que imitaban con los pies los movimientos de la danza.
Una vez puestos de acuerdo Alberto y el procurador, aquél ofreció a éste un cigarro de su preciosísima petaca, pero viendo que rehusaba la fineza, púsose a encender tranquilamente su habano y luego, acercándose a Amaury, díjole sin recatar la voz y como para vengarse del desaire curialesco: Ea, ya está todo listo y a punto; el duelo va a ser a espada.
Se acuerda usted de mí para regañarme... ¡Se ha vuelto usted muy regañón, padre!... En otro tiempo era usted más cobarde, más suavecito; todo lo decía dando rodeos, de miedo de ofender a una... ¡Pero ahora! ¡Anda, anda, buenos rodeos te dé Dios!... Ya ha aprendido bien a regañar... Por supuesto añadió cambiando de tono y acercándose más a él que a mí me gusta más de esta manera.
Por último, de diciembre á marzo, el Sol seguirá marcha inversa, acercándose de nuevo al ecuador, é irá ocupando á la hora de las doce alturas cada vez más elevadas; el día crece entonces á medida que mengua la noche, hasta que el equinoccio de fines de marzo restablece la igualdad.
¡Dime quién es ese hombre! ¡quién es esa rubia! chilló de nuevo acercándose a la cama. Pero, ¡qué rubia ni qué berenjenas! exclamó don Bernardino dando un golpe al gorro, que acabó de ladearle; ¿quieres oírme? siéntate, y calla, que tengo muchas cosas graves que decirte. Pasmóse, con esto, misia Gregoria. ¡Ay, Bernardino, por Dios!
La primera vez que fuí á aquellos parajes, encontré algunas tropas de estos indios, que aun habitan á las orillas de los rios Segundo y Tercero, y unos pocos á las del Cuarto y Quinto. Todo el país, entre el rio Segundo y el Tercero, tiene cerca de doce leguas de travesia, siendo lo mas selvático; pero acercándose al rio Tercero cesan los bosques.
Y en efecto, sin aguardar la contestación de Gonzalo, se dirigió a la mesa, tomó unos pliegos de papel que había sobre ella, se puso las gafas, y acercándose al balcón dió comienzo, no sin cierta emoción que se le traslucía en la voz, a la lectura de la carta. Estaba escrita en papel comercial, grande y rayado.
El ríe con ella y dice: No es una mujer lo que necesito ahora. ¿Entonces, qué? Una hermana. Pues bien, ya tienes una dice ella levantándose de un salto y acercándose a él. Después, avergonzada sin duda de su vivacidad, se deja caer ruborosa sobre el banco de césped. ¿De veras? dice con los ojos brillantes. Ella hace un leve mohín y dice vivamente: ¿Hay que hacer tanto esfuerzo acaso?
El P. Florentino miró hácia la cama y con gran espanto suyo vió que la fisonomía del enfermo había perdido su espresion tranquila é irónica. Un dolor oculto parecía fruncir sus cejas, en la mirada se leía la ansiedad y sus labios se contraían en una sonrisa de dolor. ¿Sufre usted, señor Simoun? preguntó solícito el sacerdote acercándose.
Palabra del Dia
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