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A principios de 1817, libertada la isla de Margarita, recuperadas las provincias de Barcelona y Cumaná, y dueños ya los venezolanos de las llanuras de Carácas, Paez habia ocupado el territorio que se extiende entre el Arauca y el Apure, Piar seguia hostilizando al enemigo en la Guayana y merced á los desmanes de Morillo que habian enconado el ánimo de los llaneros, la guerra habia cambiado de faz y se hacia enteramente nacional, si bien aun quedaba por realizar la grande obra de disciplinar el ejército, cortando el vuelo á las ambiciones de algunos jefes, nacidas del mismo desórden en que hasta entonces estuvo envuelta la causa de la independencia.

Pronto las provincias de Barcelona, Cumaná, Margarita, Varinas y asi sucesivamente las demás, menos las de Coro y Maracaibo que se declararon fieles á la regencia, enviaron sus diputados á la junta, reconociendo asi el nuevo gobierno de Venezuela.

Fue en Venezuela, en aquella costa de Cumaná, de horrible memoria, donde se levantó la voz de Las Casas, llena de sentimiento de humanidad más profundo. El que haya leído el libro del sublime fraile, que es el comentario más noble del Evangelio que se haya hecho sobre la tierra, sabe que ningún pueblo de la América ha sufrido como aquél.

Calabozo, Barquisimeto, Tocuyo, San Cárlos, Carácas, Cumaná, Maracaibo, Puerto-Cabello y la Guaira eran los puntos en que el ejército español, compuesto á principios de 1821 de solo 11.000 hombres, estaba acantonado.

La batalla de Ayacucho inmortalizó el nombre del valiente hijo de Cumaná, tan buen patriota como virtuoso ciudadano, tan hábil como noble general. Al siguiente dia de esta batalla Bolívar entraba en Lima y expedia un decreto por el cual convocaba un Congreso para el 10 de Febrero del próximo año.

El 2 de Marzo era el dia señalado para la reunion, la cual debia verificarse en la capital, donde aquel alto cuerpo quedó instalado, formando una Cámara, comun é indivisa, compuesta de respetables patricios enviados por las provincias de Barcelona, Varinas, Carácas, Cumaná, Margarita, Mérida y Trujillo.

Carácas, Barcelona, Cumaná, Varinas, Guayana y Margarita por parte de Venezuela, y Casanare, única provincia granadina ocupada por las armas republicanas, se hallaban dignamente representadas en esta ocasion solemne.

Luego que este valiente margariteño logró apoderarse de Cumaná auxiliado por un paisano, el coronel Juan Arismendi, primera autoridad militar de Margarita desde el 5 de Junio, fecha de su última proclamacion en pro de la independencia, Antoñanzas, herido de gravedad, huyó á morir en Curazao.

Y como él era tan sagaz que no decía cosa que pudiera ofender al rey ni a la Inquisición, sino que pedía la bondad con los indios para bien del rey, y para que se hiciesen más de veras cristianos, no tenían los de la corte modo de negársele a las claras, sino que fingían estimarle mucho el celo, y una vez le daban el título de «Protector Universal de los Indios», con la firma de Fernando, pero sin modo de que le acatasen la autoridad de proteger; y otra, al cabo de cuarenta años de razonar, le dijeron que pusiera en papel las razones por que opinaba que no debían ser esclavos los indios; y otra le dieron poder para que llevase trabajadores de España a una colonia de Cumaná donde se había de ver a los indios con amor, y no halló en toda España sino cincuenta que quisieran ir a trabajar, los cuales fueron, con un vestido que tenía una cruz al pecho, pero no pudieron poner la colonia, porque el «adelantado» había ido antes que ellos con las armas, y los indios enfurecidos disparaban sus flechas de punta envenenada contra todo el que llevaba cruz.

Acosado por tan fatales reveses de fortuna, otro menos enérgico y de no tan pura ni entusiasta por la libertad de su cara patria, habria desesperado de su empresa; pero el Libertador, cuyo temple y constancia eran inquebrantables, oyendo los consejos de un prudente valor se dirigió á Cumaná, donde unido á Ribas, Mariño, Valdés, Azcúa y otros bravos oficiales, pesó, midió y estudió las circunstancias que hacian su situacion tan precaria, y, despues de un largo debate, decidieron la evacuacion de la ciudad.