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Actualizado: 2 de noviembre de 2025
Y ya se disponían a volver en dirección a la cortadura, cuando, de repente, un confuso ruido de palabras se oyó zumbar en el aire. Marcos apagó la linterna, y ambos quedaron sumidos en la obscuridad. Alguien va por ahí arriba dijo el contrabandista en voz muy baja . ¿Quién será el que se ha aventurado a trepar al Falkenstein con este tiempo de nieves?
Después de reírse de mí, llamándome bobo y mentecato, me dijo que no pensara en volver a ver a Inés, porque la había entregado a sus padres. «¿Pues acaso Inés tiene padres?», le dije.
En cuanto tiene dinero hace cada barbaridad... Con que no le des ni un duro. ¿Me lo prometes? Pero, mujer... No hay pero que valga; cuanto le das es para su mal. ¿Por qué? Porque tiene... Vamos, que se lo gasta todo con una bribona, no para en casa, descuida el estanco, trata mal a la pobre tía... y se pone malo. ¿Lo harás? Te prometo no volver a darle ni una peseta.
Un lamento de muerte rasgó el espacio, llegando a los oídos de todos los hombres. «¡El gran Pan ha muerto!...» Las sirenas se sumergieron para siempre en las glaucas profundidades, las ninfas huyeron despavoridas a las entrañas de la tierra para no volver jamás, y los templos, blancos, que cantaban como himnos de mármol la alegría de la vida bajo el torrente de oro del sol, se entenebrecieron, sumiéndose en el silencio augusto de las ruinas. «Cristo ha nacido», gritó la misma voz.
Salimos de Filipinas en marzo, y, en vez de volver por el estrecho de la Sonda, fuimos con la monzón del sudoeste a entrar en el mar de las Molucas, pasamos por el estrecho de Gilolo y luego por el paso de Pitt y el estrecho de Ombay.
Sólo había en él dos mujeres del pueblo arrodilladas y vestidas de luto: esposas ó madres de hombres muertos en la guerra. Al volver á la plazoleta se entretuvo en leer y releer los títulos de todos los papeles expuestos en un kiosco de periódicos.
Pero yo he acabado por vencerle. ¡Se ha llevado lo suyo!... Me han amenazado cuando huían con volver esta noche. Si oye usted ruido, no se asuste; pero venga y verá. ¡Es interesante; se lo aseguro! Y seguía durante largo rato, con gran copia de curiosos detalles, hablando del combate nocturno. Pero, de todos los enfermos, el que peor estaba era Petrov.
Pero, volviendo al asunto, el mundo, señorita, es un valle de lágrimas. Váyase usted acostumbrando a esta idea. Afortunadamente hemos nacido y vivimos en el seno de la religión verdadera, y sabemos que hay un más allá, sabemos que en ese más allá, señorita, nos aguarda el premio de nuestros afanes; sabemos que hemos de volver a ver a los que hemos perdido...».
Se ha ido... tal vez para no volver. Lo adivino; él tiene el dinero.
Esa mañana, algunos de sus vecinos le habían dicho que era la víspera del Año Nuevo y que era preciso que esa noche velara para oír tocar la partida del año viejo y la llegada del nuevo, porque eso daba suerte y podría hacer volver su dinero. Aquélla no era más que una broma amistosa de los vecinos de Raveloe, para divertirse un poco de las singularidades medio insensatas de un avaro.
Palabra del Dia
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