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Actualizado: 2 de noviembre de 2025
Refiriéndonos al curso del sol, y tomando por unidad el tiempo que gasta en volver al meridiano, tenemos el dia, que dividido en 24 partes nos da las horas. Con lo cual hallamos un gran reloj, que nos sirve para arreglarlos todos. El tiempo solar no es igual al tiempo sideral.
En seguida, sin dar tiempo a don Modesto para volver en sí de su asombro, el duque se dirigió a la familia, a quien había mandado convocar, con el objeto de acreditarle su gratitud, y dejarles una memoria.
Cuando llegamos a Londres, me manifestó el deseo de ver a la señora Percival, y como se negara a volver a vivir bajo el mismo techo con Dawson, la conduje al York Hotel, en la calle Albemarle; después, en el mismo coche, me encaminé a la plaza Grosvenor, informando a la señora Percival dónde estaba mi amada.
Repentinamente oí una exclamación de sorpresa y, volviendo el rostro, me encontré cara a cara con el Padre Montero, mi antiguo condiscípulo, a quien no había visto en cinco años. Fungía de Sacristán mayor de la Catedral y llevaba un manojo de enormes llaves, pues era hora de cerrar el templo, para volver a abrirlo a las tres de la tarde.
Para nosotras, mujeres, el experimento es demasiado arriesgado. Y, en general, mientras más se prueba, menos se cree. Demasiado tiempo he vivido fuera de las leyes para que todavía pueda esperar volver a ellas. Usted no quiere creer ahora esto, y su duda es sincera; pero más tarde lo creerá, con sinceridad igual.
Dejar obrar a la gracia de Dios, que quizá le conceda como premio la vocación que aún no tiene, y mientras tanto, no sacarla del colegio. ¿No cree usted entonces que le convenga volver a su casa?...
Esto me lo dijo aparte después de darme, delante de Facia y de Mari Pepa, el plan de campaña hasta el día siguiente, sin perjuicio de volver él a última hora, por lo que pudiera ocurrir.
No lo dudo contestaba el santo varón . Pero ¿le dan más importancia?..., ¿es más feliz que aquí? Este es el problema. Para volver a encontrar al protagonista de esta verídica historia, no nos bastaría ya la luz del candil de su taberna.
Sospechaba quizás que en su ausencia los tunantes hablaban de otro asunto, y se alejó con ánimo de volver y aproximarse cautelosa. «Y aquel hombre... ¿quién era?» preguntó el Delfín que sentía el ardor de una curiosidad febril. ii
Traga-santos, horrorizado, no quiso oir el resto de la frase, y se apresuró á volver á la ermita para pedir al Santo, con los ojos arrasados en lágrimas, que detuviese con su intercesión la mano de Dios, sin duda levantada ya para castigar terriblemente al pueblo español por aquellos sacrilegios.....
Palabra del Dia
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