United States or Saint Vincent and the Grenadines ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Un día, me acuerdo perfectamente, en el gran salón del castillo le había mandado que jugase conmigo una partida de volante, y avanzando unas veces y retrocediendo otras, nos encontramos, sin advertirlo, cerca de un gran jarrón de Bohemia de un trabajo admirable, en el que estaban pintadas las armas de la casa de Arcos.

Aquí paran, y reparten su presa, lo que rara vez hacen sin perder las amistades, terminando por lo comun en riñas, y efusion de sangre. Otras veces hacen una especie de guerra volante, con cuadrillas de 50 ó 100 hombres en cada una; pero entonces no atacan sino las quintas ó casas de campo, manejándose con mucha aceleracion, tanto en el ataque, como en su retirada.

Mi tío lo tenía en tal estima, que no nos estaba permitido tocarlo, ni mirarlo siquiera. Pero un golpe del volante, torpemente dado por , hizo saltar en menudos pedazos aquella admirable obra, cuyos fragmentos cayeron a nuestros pies. »Un rayo no me hubiera sobrecogido de tal modo.

¿No oyes? me dijo Gloria, mientras una sonrisa feliz se esparcía por su rostro . Son las niñas que están en récréation. ¿No te apetece ir a jugar a los aros o al volante? le pregunté riendo. Un poquito, no creas. Nos introdujeron en el locutorio, que era una gran pieza cuadrada y bastante clara, partida al medio por una reja.

Sus ojos, ni chicos ni grandes, ni eran feos, pero dominantes y escudriñadores más de lo que a su edad y doncellez convenía; su sonrisa, entre reservada y cándida, demasiado permanente en los labios, para que no tuviese visos de fingida y afectada; su talle, modelado por el corsé, sería pobre de formas si hábiles artificios del traje, como un volante sobre los hombros, o en la cadera, no reforzasen sus diámetros.

Las matronas de la máquina volante, que veían debajo de ellas á todo el vecindario de la capital admirándolas, como si de su esfuerzo dependiese la suerte de la República, quisieron no marrar su segundo ataque, y para ello hicieron descender la máquina más cerca del gigante, aunque manteniéndola á tal altura que no pudiera alcanzarla con su garrote.

En esta situación de ánimo la más insignificante novedad, que viniese á romper la monótona quietud de aquellos días eternos é iguales, era acogida con avidez entre los ociosos; así es que la promoción al grado inmediato de uno de sus camaradas, la noticia del movimiento estratégico de una columna volante, la salida de un correo de gabinete ó la llegada de una fuerza cualquiera á la ciudad, convertíanse en tema fecundo de conversación y objeto de toda clase de comentarios, hasta tanto que otro incidente venía á sustituirle, sirviendo de base á nuevas quejas, críticas y suposiciones.

1624. «Copia de una Carta de Andrés de Mendoza al duque de Vexar marqués de Gibraleón. Hoja volante de 3 de febrero de 1624. »Ocurrió en estos días el nacimiento y bautismo de la Infanta N. S. Hizo el Marqués de Alcañiçes festin en su casa, á que combidó toda la Corte.

Así los sabios del país podrían enterarse, gracias á sus confidencias, de la civilización de los Hombres-Montañas. Después de redactar este documento sólo durmió unas horas. Debía partir al amanecer en la máquina volante que hacía el viaje á una de las ciudades más lejanas de la República. Le aguardaban allá para que diese, ante un público inmenso, otra de sus conferencias sobre el coloso.

El chófer era un mestizo de enorme sombrerón y descalzo, que llevaba el fusil entre las dos manos fijas en el volante.