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Actualizado: 6 de junio de 2025


Su esposo advirtió en ella una sobriedad verbal que rayaba en mutismo; y según su costumbre, no hizo esfuerzo alguno por corregirla. En toda casa es preferible siempre la concisión de una mujer a su locuacidad, y Thiers no tenía gran empeño en alterar esta regla. En la mañana del día 8, Rosalía, vestida con pulcra sencillez, se despidió de su marido.

Venía después el asalto; la carta o la declaración verbal. Aquí desplegaba nuestro general una osadía y un arrojo singulares que, contrastaban notablemente con la prudencia y habilidad del cerco. Esta complejidad de aptitudes ha caracterizado siempre a los grandes capitanes, Alejandro, César, Hernán Cortés, Napoleón.

El creyente de una religión puede creerla toda entera, pero sólo podrá entender la parte correspondiente a sus entendederas, y sólo ésta entrará a ser componente substancial de su espíritu, y se traducirá en sus acciones, quedando lo demás en calidad de simple inquilino verbal, en palabras recitables, pero irrealizables.

Todos los que en la ciudad se sentían tentados por el demonio de la literatura acudían á la Biblioteca para pedir consejo al ilustre maestro. Los recibía como amigos antiguos, y, arrastrado por su vehemencia verbal, dejaba pronto de ocuparse de ellos para hablar de su propia persona. Un día, el abuelo Hugo me dijo que....

EL JUEZ. No lo dudo; pero, con arreglo a los informes de la Policía, usted fué sorprendido en un hotel de la calle de las Grandes Baldosas en compañía de una muchachita que no había cumplido los quince años; el padre y el hermano de la joven lograron del comisario un proceso verbal instruído a instancias suyas; la joven Elisa Machut declaró ante el oficial de Policía que había sido llevada a este hotel merced a pérfidos manejos, y que una vez encerrada con usted no había podido substraerse a sus galantes empeños.

En todo orador hay dos entidades: el orador, propiamente dicho, y el hombre. Cuando el primero se dirige á la multitud, el segundo queda atrás, dentro, mejor dicho, hablando también. Dos peroraciones simultáneas son producidas por un mismo cerebro. Una es verbal y sonora: dejémosla al público. Otra es profunda y muda: examinémosla. Lázaro describía, apostrofaba, rebatía, exponía, declamaba.

Las mujeres especialmente sólo tienen cuerda verbal para cinco minutos, y luego quedan mudas, mirándose unas a otras. Únicamente se animan cuando hay que «pelar» a alguien; pero éste es un fenómeno verbal no sólo de América, sino de todos los países del planeta. ; hablan poco dijo Maltrana . Gustan de escuchar, pero su capacidad auditiva es tal vez tan limitada como su capacidad verbal.

El señor escribió una carta; pero no la dejó en casa. ¿Pues dónde, hombre de Dios, dónde? La dejó a D. Felicísimo Carnicero. ¡Bendito Dios! exclamó D. Benigno, golpeando en el suelo con un pie . ¿Y a usted no le dejó recado verbal para ? ¿Para el Sr. de Cordero? señor. Me dijo que D. Felicísimo enteraría a usted del motivo de su viaje y le daría una carta.

Cerca anduvo de arrepentirse por su condescendencia aquel santo varón; casi se asustó de haber aceptado tamaña responsabilidad, pero jamás llegó a preocuparse formalmente: primero, porque su compromiso era sólo verbal y no había pruebas que pudieran perjudicarle; segundo, porque ¿quién habría en la comarca capaz de perseguirle ni acusarle?

Don José salió, al parecer con otra esquela o recadito verbal, aunque es más probable que llevara lo primero, y al salir habló a Miquis del tiempo, de política, de Cánovas y de que las tropelías de los ingleses en el campo de Gibraltar daban motivo a España para exigir de Albión que nos devolviera aquel pedazo de nuestro territorio.

Palabra del Dia

rigoleto

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