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Actualizado: 23 de junio de 2025
¡Voto a tal! no se moleste usted, señor Durand; usted es uno de los antiguos, un amigo del pobre señor Kernok. Y de nuevo levantó los ojos al cielo suspirando. ¡Qué quieres, muchacho! cuando llega la hora de desamarrar dijo el señor Durand sorbiendo, con un largo resoplido, una gota de aguardiente que quedaba en el fondo de su vaso , cuando el cable cede, el áncora se va al fondo.
Tomole al roxo dios alferecia Por ver la muchedumbre impertinente, Que en socorro del monte le venia. Y en silencio rogó devotamente, Que el vaso naufragase en un momento Al que gobierna el humido tridente. Lo que impaciente estuve yo escuchando, Porque vi sus razones ser saetas, Que iban mi alma y corazon clavando.
Edmundo Rostand ha dicho que el asunto de «Chantecler» se le ocurrió bruscamente una tarde que, al regresar á Villa Arnaga, entró en el corral de una casa de labor á beber un vaso de leche. Mientras le servían, el poeta examinó el sitio donde estaba: sobre un montón de paja y de estiércol había varias gallinas, un pato, un perro, un mirlo en una jaula... y todos parecían sostener animado diálogo.
El sacerdote comenzó a murmurar sus oraciones entre aquellos hombres emocionados, con la cabeza baja, puestos los pies sobre un vaso flotante de acero debajo del cual existía una profundidad de varios kilómetros verticales de agua, un mundo de misterio que iba a tragarse como insignificante molécula el despojo humano.
Si ante él sucedían tales cosas, a la mesa por ejemplo, Julián torcía la cara, haciéndose el distraído, o alzaba el vaso para beber, o fingía atender a los perros, que husmeaban por allí. Le asaltaba entonces un escrúpulo, de ésos que se quiebran de sutiles.
Hé aquí algunos dignos de llamar la atencion: grande debilidad muscular, temblor y aniquilamiento de las fuerzas, accidentes asmáticos, sudores, orgasmo sanguíneo, secreciones mucosas abundantes. Se le ha preconizado en los envenenamientos por el ácido hidrociánico y por el ópio; se le da con resultados á la dósis de una ó dos gotas en un vaso de agua.
Pero seguía llenándose el vaso entre bocado y bocado, paladeando el néctar frío y envidiando a los ricos que podían permitirse diariamente este placer de dioses. María de la Luz bebía tanto como su padre. Apenas vaciaba su copa, se apresuraba el señorito a llenarla. No eches más, Luis suplicaba. Mira que me voy a emborrachá. Esta bebía es traidora.
Ya no era un palo, era una torre, y á continuación de esta torre iba surgiendo del mar un basamento de acero que chorreaba cascadas de espuma, un lomo gris de cetáceo, que poco á poco tomaba la forma de un vaso navegante largo y afilado. Una bandera flotó de pronto sobre el submarino. Ulises la conocía. ¡Nos van á atacar á cañonazos! gritó á Tòni . Es inútil que naveguemos en zigzags.
3 mas el pobre no tenía más que una sola cordera, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado, y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. 5 Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el SE
Pero había perdido en el tanteo la poca serenidad que le quedaba. Entonces se tragó el segundo vaso de agua; y al ver desocupados los dos, el ujier puso a su lado otra bandeja con otros tres. Hizo un esfuerzo supremo, y se tiró de pechos al asunto, como pudiera haberse tirado desde un balcón a la calle, si junto a sí le hubiera tenido abierto. ¡Así salió ello!
Palabra del Dia
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