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No fue mejor la impresión que hizo a Lacante la vista de Elena, que estaba de pie delante de , cortada y confusa, esperando una palabra de bienvenida mientras la examinaban los penetrantes ojillos de aquel buen señor gordo y calvo, cuyos labios sinuosos se torcían en una risita nerviosa. Es Elena le dije presentándosela. Lacante le ofreció la mano.

Los mismos que poco antes parecían indignados en nombre de la civilización y la dulzura de las costumbres, lamentando la muerte del belga, torcían ahora el gesto cual si fuesen víctimas de una broma de mal gusto. «¡Farsantes!... ¡Alarmar a personas respetables con un desafío de morondanga!...» Sobre las ruinas de los dos adversarios, súbitamente caídos de la gloria, iba elevándose un nuevo héroe.

Los prudentes torcían el gesto ante sus proezas; le creían un suicida con suerte, y murmuraban: «¡Mientras dure!...» Sonaron timbales y clarines, y salió el primer toro.

En Roma, los españoles de paso, todos gentes de sanas ideas que llegaban para ver al Papa, torcían el gesto al enterarse de su origen. «¡Ah! ¡Usted es la hija de Enrique de Castro!...» Y ella parecía encogerse, pedir perdón con sus ojos tristes y humildes. Yo no reniego de mi abuelo añadía Atilio . Me hubiese gustado conocerle.

AZUCENA. ; desde esta mañana he sentido que me abandonaban las fuerzas, que mis miembros se torcían; un velo de sangre ha ofuscado más de una vez mis ojos, y un zumbido espantoso ha resonado continuamente en mis oídos... se me figuraba que oía el llamamiento a la eternidad... ¡La eternidad! Y ya voy a salir de esta vida con el alma emponzoñada... MANRIQUE. Por favor. AZUCENA. Y van a matarme...

Las oyentes la escuchaban con expresiones contradictorias. Unas creían realizable su ilusión. Otras, fatalistas y melancólicas, torcían el gesto. Sabían lo que podía alcanzarse en aquella tierra. Vivir nada más... y gracias. Al principio, una gloria rápida, y luego, la miseria: una miseria peor que la de Europa. ¡Cincuenta mil francos! dijo Berta . No es mucho.

Entre los remolinos de aquella muchedumbre y los mil cambiantes de luces de todos colores y reflejos, que asemejaban el bulevar al fantástico escenario de un baile de hadas, Jacobo sólo veía un pensamiento, un plan cuyas primeras líneas se le torcían a cada instante, empujadas por ideas opuestas, por inconvenientes inesperados, por temores fundadísimos que le hacían titubear, gimiendo de dolor como un niño caprichoso a quien quitan de las manos una golosina, rugiendo de rabia como un león encadenado a quien arrancan de las garras su presa; que esto era para él la idea de devolver aquellos documentos, de no quedarse con ellos utilizándolos en provecho propio, y siendo actor principalísimo en vez de mero instrumento... Mas ¿cómo responder entonces a la reclamación del terrible propietario? ¿Cómo evitar la sospecha de aquel robo, hecha a un ladrón sin duda, pero al fin y al cabo robo? ¿Cómo prevenir la venganza terrible e inevitable que había de seguirse al descubrimiento?...

Pero estos torcían el gesto o levantaban los hombros, como presos a los que nada importa la placidez del tiempo fuera de su encierro. Rafael se presentó a caballo, subiendo a galope la cuesta de la viña, como si llegase del cortijo. Mucho madrugas, chaval dijo el padrino con sorna. Se conoce que no te dejan dormir las cosas de Marchamalo.

Se exterminaban por una cuestión de jornales ó de comestibles, y al encontrarse frente á frente con el adulterio, torcían el gesto como ante una contrariedad vulgar y hasta algunos procuraban extraer de su desgracia cierto provecho. Más de seis meses iban transcurridos, sin que el doctor Aresti bajara á Bilbao.

Hallóse en esta congregacion de letrados un Garci Alvarez de Alarcon, mui enseñado en las lenguas hebrea, caldea i latina, i fué gran parte en convencer i reducir muchas de las mas principales familias del reino Andrés Beltran, maestro en Teología, limosnero del Papa que era mui docto en las letras hebreas i caldeas, i fué de aquella lei: que era natural de Valencia, i despues por su gran religion i mucha doctrina le proveyó el Papa de la iglesia de Barcelona, por cuya determinacion se declaraban las dudas de lo que tocaba á las traslaciones de la Biblia que los rabines torcian á su propósito