Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
Sonámbula y todo, importaba, no obstante, que Inesita por sí misma se moviese; y para ello doña Beatriz había ya tocado, y aun pensaba tocar, cualquiera otro resorte de su alma menos el de la ambición y la codicia.
Otra pequeñita, oculta bajo un guante oscuro, asomó entonces por la portezuela, posóse en la de Villamelón, y sin tocar casi en el estribo, viose saltar en tierra la elegante figura de la marquesa de Valdivieso.
El ciego irguió su cuello repentina y vivísimamente, y extendiendo sus manos hasta tocar el cuerpecillo de su amiga, exclamó con afán: Dime, Nela, ¿y cómo eres tú? La Nela no dijo nada. Había recibido una puñalada. Más tonterías Habían descansado. Siguieron adelante, hasta llegar a la entrada del bosque que hay más allá de Saldeoro.
Para él lo mismo era que su tía le hablase de dos casas que de cuatro mil. «Déjeme usted le dijo, casi sollozando . Estoy dejado de la mano de Dios». «Pues ya que está aquí, no se ha de marchar prosiguió doña Lupe en voz baja . La pondremos en el cuartito próximo al mío. Y basta. ¡Ay!, ¡que siempre me han de tocar a mí estos arreglos y composturas!... ¿Sabes lo que te digo?
Era una cosa blanda que se retorcía lanzando ahogados chillidos, aprisionada por la arena y el arco de puente que formaban sus zapatos entre la planta y el tacón. Se inclinó hasta tocar el suelo y, levantando el pie, extrajo aquella cosa animada de su dolorosa esclavitud. Vió que eran dos hombrecillos sobre los que había puesto su pie sin saberlo.
Pero aquella puerta estaba condenada, no tenía la llave, y la duquesa se vió reducida á tocar á ella, á llamar levemente la atención de la persona que suponía al otro lado. Pero nadie la contestó. Volvió á llamar, y obtuvo por repuesta el mismo silencio. Poco después oyó allá, desde el fondo de la calle, una voz intensa, dolorosa, que exclamó: ¡Adiós!
Con los ojos cerrados y el pensamiento dando vueltas, como una rueda loca, creía estar suspendida en el vacío, en una sima lóbrega, sin otro apoyo que aquellos brazos de hombre. Si la soltaban, caería y caería sin tocar nunca el fondo: e instintivamente se agarraba a su sostén. Luis no estaba menos turbado que su pareja. Respiraba sofocado por el peso de la moza.
Cercaban el castillo como una ronda de peonzas gigantescas y negras, pero ninguna se salía del ordenado corro osando adelantarse hasta tocar el edificio. Don Marcelo seguía mirando la bandera. «Es una traición», repitió mentalmente. Pero al mismo tiempo la aceptaba por egoísmo, viendo en ella una defensa de su propiedad.
Los babiecas ávidos de emociones agolpábanse frente a las fondas donde se alojaban las cuadrillas, esperando pacientemente la salida de los toreros para poder tocar con respeto los alamares del diestro.
Y estas extremidades se han de tocar en la piedra imán de esta manera: la parte que está debajo de la flor de lis se ha de refregar con aquella parte de la piedra que corresponde al norte, y esto bastaba para la perfección del aguja; pero algunos quieren para superabundancia tocar la otra parte del fierro con aquella parte de la piedra que corresponde al Sur.
Palabra del Dia
Otros Mirando