Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de julio de 2025
Tal canonjía realizaba las aspiraciones de toda su vida, y no cambiara Thiers aquel su puesto tan alto, seguro y respetuoso por la silla del Primado de las Españas. Amargaban su contento las voces que corrían en aquel condenado año 68 sobre si habría o no trastornos horrorosos, y el temor de que la llamada revolución estallara al fin con estruendo.
Con estas cartas y con algunas referencias insertas en la Prensa de entonces, se puede conocer al pormenor cómo empleó el tiempo en esta ciudad Thiers, y cuan disgustadas dejó por cierto, de su estancia á no pocas personas, á quienes puso en situación bien poco airosa, y con quienes se condujo de manera harto original y con extraña despreocupación.
A punto estuvo Thiers de incomodarse, pues la benevolencia de su amigo como que parecía preludio de una defección. Siguió Bringas desfogando su ira contra los progresistas, la Milicia Nacional, Espartero, sin olvidar el chas-cás; contra el titulado Himno de Riego, contra los llamados demócratas y todo bicho viviente, hasta que Pez, hastiado, llevó la conversación al asunto de su viaje.
Un poco más de paciencia, hombre. Luego los baños... ¿Qué baños?... yo no voy a baños aseguró Thiers dejándose poner la venda por las autorizadas manos del médico . No los necesito. No me vengan con papas. Eso lo veremos manifestó el doctor con bondad . Ahora a la cárcel otra vez. No se me escape usted antes de tiempo, que podría suceder que la prisión se alargase más de lo regular.
Las trompetas y tambores que imitaban las cuerdas, ya tirantes, ya flojas, le hicieron a Reyes ponerse en el caso del rey mártir; y se acordó de la frase del confesor: «Nieto de San Luis, sube al cielo». Lo había leído en Thiers en la traducción de Miñano. Muy a su placer se sintió enternecido.
Con los graves historiadores, Michelet, Guizot, Thiers, se remontaba hacia el pasado, se interrogaba a los antiguos, se sentía latir el corazón de Francia y se comprendía que, según la bella expresión de Renan, «la patria» es el recuerdo de las grandes cosas que unos cuantos hombres han hecho juntos.
Al gabinete de la derecha, donde estaba el despacho de Thiers y la alcoba conyugal, se le llamaba Gasparini, sin duda por ser lo más bonito de la casa. El otro gabinete fue bautizado con el nombre de la Saleta.
No, no te la quites...». «Pero Señora, por amor de Dios...». «No, déjala. Es tuya por derecho de conquista. ¡Es que tienes un cuerpo...! Úsala en mi nombre, y no se hable más de ello». De esta manera tan gallarda obsequiaba a sus amigas la graciosa soberana... Faltó poco para que a mi buen Thiers se le saltaran las lágrimas oyendo el bien contado relato.
Empleó el cañón y la ametrallodora para acabar más aprisa con la gentuza, y todo quedó limpio y tranquilo... A mí continuó el señorito con aire doctoral no me gusta Francia, porque es una República y porque allí las gentes decentes se olvidan de Dios y hacen burla de sus ministros. Pero quisiera para este país un hombre como Thiers.
Los revolucionarios habían dicho su Última palabra en La Iberia de aquellos días, y el Gobierno había lanzado su último reto. El Ejército simpatizaba con la revolución, y hasta se decía que la Marina... «¡Por Dios, señor de Pez, no hable usted barbaridad semejante!» exclamaba Thiers llevándose ambas manos a la cabeza y olvidándose de retirarlas durante un rato.
Palabra del Dia
Otros Mirando