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Actualizado: 7 de julio de 2025


Madama Norton entregó a madama Scott una linda tarjeta con filete de oro, que decía: Menu du dîner du 15 Avril 1880, y más abajo: Consommé

Mucho quieres componerte dijo la gruesa señora, mirando desconfiada a la tarjeta que el marido retenía en la mano, ¿quién es ese afortunado que así logra violar la consigna? Déjame solo, Gregoria, y no vengas sino cuando yo llame. A no me la pega refunfuñó misia Gregoria, éste debe ser un emisario de la rubia, que viene a traer las condiciones de la paz. Ya les daré yo buenas paces.

Su fotografía, con una dedicatoria llena de efusión... Mujer, tráela. Aquí está, dijo la señora de Campistrón. Y entregó á su marido una tarjeta álbum que el cantante contempló con satisfacción y con rabia al mismo tiempo. , hela aquí... ¡Es la ingrata!

Todo va en regla. Aquí veo una tarjeta de don Saturno Bermúdez. ¿A qué vino? A lo de siempre, a que no hagamos caso del pobre don Segundo, el cura de Tamaza, que reclama el dinero de las misas de San Gregorio que le ha hecho decir don Saturno.... Y que no le quiere pagar. Es su costumbre. Está empeñado con todo el clero. El cura de Tamaza es un vocinglero....

Con una mano tomaba las cartas y con otra rechazaba la tarjeta que el español le presentaba. Vuestro nombre está grabado aquí dijo el alemán poniendo la mano en el corazón . ¡Ah! No lo olvidaré en mi vida. Es el del corazón más noble, el del alma más elevada y generosa, el del mejor de los mortales. Con ese sobrescrito repuso don Carlos sonriendo , vuestras cartas podrían no llegar a mis manos.

Vamos a lo que importa. Mira..., mañana..., no, mejor ahora mismo, espera. Vengo prevenido para ver si me ahorro otro madrugón. Sacó de la petaca una tarjeta, un sobre pequeño y un lápiz; miró en torno, y convencido de que la gente que pasaba no era tal que pudiese conocerle, hizo ademán de escribir sosteniendo la tarjeta en la mano izquierda.

Al pie de la tarjeta decía: «Se jugará al bridge.» ¡Qué prácticos son estos ingleses! ¡Cuánto mal rato y cuánto aburrimiento se me evitaban con este sencillo agregado: «Se jugará al bridge»! Naturalmente, me excusé... por cualquier motivo, pues ya no me atrevía a confesar que ignoraba el jueguito de moda... Fui al club, a encontrarme con mis amigos.

Se compran muchas cosas sin pagarlas cuando se puede echar sobre el mostrador una tarjeta con un nombre conocido y una dirección elegante. Podéis amueblar vuestra casa, llenar vuestra bodega y proveer vuestro ropero sin que tengáis necesidad de enseñar el color de vuestros escudos. Pero hay mil gastos cotidianos que no se hacen más que con el dinero en la mano.

Para Caragòl no ofrecía dudas la suerte de todo submarino que les saliese al encuentro: el «chico de Vannes» iba á hacerlo añicos al primer disparo. Una tarjeta postal, obsequio del bretón, representando la tumba del santo, figuraba en el sitio de honor de la cocina. El viejo le rezaba como si fuese una estampa milagrosa, y el Cristo del Grao iba quedando en segundo término.

Al dar la una y media comenzaron a despedirse los contertulios: a las dos sólo quedaban en el magnífico salón los dueños de la casa, marido y mujer, ambos jóvenes, hermosos y al parecer felices: él se puso a leer un periódico de la noche y ella se entretuvo escribiendo con un lápiz de oro al dorso de una tarjeta las visitas y compras que pensaba hacer al día siguiente.

Palabra del Dia

godella

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