Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de mayo de 2025
Una columna caída le servía de asiento y una campiña desolada de melancólico fondo. Sombreaba sus facciones de helénico dios un amplio chambergo y cubría sus vestidos con una túnica blanca, a modo de gabán de viaje. Con este exterior un tanto grotesco lo había representado el artista, soñando sobre las ruinas del agro romano.
Y tendrás un Niño Jesús hermoso, con túnica de damasco y corona de plata, dueño del altar elegante de la capilla, sonriente, mirándote con los santos ojos, sanos y dulces...; ¿tú no sabes que Dios es muy hermoso? Sí.... Pues ¿cómo te empeñabas en amarle únicamente en aquel Niño tuerto, calvo y sucio de la casona? Me daba lástima.... Y Dios ¿no inspira más que lástima? Yo no sé....
Miró con ternura una larga túnica negra, de corte severo, que no dejaba visible ni una línea de su blanco cuerpo. Pero á continuación pensó que, por ser hombres todos los visitantes, no convenía recibirlos con tanta austeridad. Acababa de escoger uno de sus trajea mixtos, muy atrevido por un extremo y muy discreto por el otro, cuando llegó á sus oídos una verdadera tempestad de gritos y llantos.
En cuanto á mí, gentleman, lo que deseo con más vehemencia es poder meterle por la cabeza á Momaren, Padre de los Maestros, esta túnica y estos velos que ahora me cubren, arrebatándole á él para siempre los pantalones. En el que el Padre de los Maestros visita al Hombre-Montaña
Habitaban en celdas desnudas de todo aparato, vestian los monges de negro , con túnica, escapulario y cogulla , las monjas con túnica tambien negra, y velo del mismo color, ó encarnado, simbolizando, bien la tristeza del destierro en que el alma consagrada á Dios vive en este mundo, bien su continua disposicion á dar la sangre por Jesucristo.
Estaba á esta hora vigilando el hervor del caldero, para que sus acompañantes no metiesen en la sopa las lanzas con que extraían los peces, y vió cómo un hombre de los que iban vestidos con túnica y velos se aproximaba lentamente á él. Sus ropas eran pobres, remendadas y algo sucias.
El Rey bajó del palanquín y yo del carro, y nos saludamos y abrazamos con mutua cordialidad. La túnica del Rey era de tisú de oro, bordada de seda de mil colores. En el bordado se representaban todas las flores del campo y todos los pájaros del aire y todas las estrellas del éter.
La madre, al idear el traje de su hija, había dado rienda suelta á las tendencias vistosas de su imaginación, y la vistió con una túnica de terciopelo carmesí, de un corte peculiar, abundantemente adornada con caprichosos bordados y floreos de hilo de oro.
Cuentan que en un pueblecito de Andalucía se sacó una procesión de penitencia, en la que muchos devotos salieron vestidos con túnica nazarena y llevando al hombro una pesada cruz de madera.
Comprendió su debilidad, tuvo miedo a los amargos dolores que se le preparaban y respondió como la esposa: «He quitado ya mi túnica; ¿cómo ponérmela otra vez? He lavado mis pies; ¿cómo mancharlos nuevamente?» Largo tiempo estuvo luchando consigo misma para apagar la voz que la llamaba a la vida activa, y convencerse de que ella no serviría de nada a la causa del Señor, pero fue en vano.
Palabra del Dia
Otros Mirando