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Actualizado: 7 de julio de 2025


Este, convencido de la fidelidad que le guarda su esposa, no da crédito á tales rumores; pero como son muchos y unánimes los que lo afirman, concibe al fin sospechas, y se oculta una noche cerca del balcón.

Ella le había visto una noche, creyendo que soñaba, porque se había puesto a espiar creyendo así desvanecer ciertas sospechas, pero ¡ay! era verdad, era verdad.... Aquel infame había pervertido a la señorita, una santa.... ¡Bien temía don Fermín!...». Petra seguía hablando, pero hacía rato que De Pas no la oía.

Mas, con gran sorpresa suya, pasó todo el día del lunes, y pasó también el martes, y llegó y pasó asimismo el miércoles, sin que ningún coche parase a la puerta, ni atravesase una sola visita las antesalas, ni recibiera el oso del vestíbulo en su bandeja ninguna tarjeta, ni llegara tampoco el menor recado, la más insignificante misiva de atención, de interés o de consuelo... Aterróla entonces aquella soledad, que no sabía explicarse, porque ignoraba que la opinión había atravesado en el dintel de su puerta el cadáver de Jacobo; mas cuando llegaron a su noticia las voces que corrían y supo que una pérfida y misteriosa mano explotaba el funesto hallazgo de la capa de pieles, para hacer recaer sobre ella las sospechas del crimen, tuvo en su soledad vértigos de ira, estremecimientos de fiera acorralada, y decidió desafiar frente a frente a la calumnia con un golpe de enérgica audacia.

Después de transcurrir algunos días llega también á esta posada su fugitivo amante, pero en compañía de una dama, que dice ser su hermana. Excita, por tanto, las sospechas de Lisena, que aprovecha cuantas ocasiones se le presentan de interrumpir sus coloquios.

Cuando Pepe dejaba de ir a ver a Paz, por miedo a infundir sospechas o parecer pegajoso a don Luis, entraba Pateta en funciones de correo: ya sabía ella que cada tercer día de ausencia el chico rondaba al oscurecer los alrededores del hôtel y, espiando momento oportuno, metía el brazo por la verja y dejaba la carta bajo los ladrillos levantados del horno, situado junto al invernadero.

No pudo resistir más... Aunque hubiese de ser horrendo el sufrir, quería de una vez acabar con sus mortales inquietudes y conocer toda la realidad de sus angustiosas sospechas. Abandonó las alturas del bosque y caminando por entre los herbajes se dirigió hacia la cerca del parque.

Y súbito, sin poder contenerse, apretó la muñeca al delegado diciendo: Sea usted franco, García... Empieza usted a tener sospechas de esa mujer. No tengo por qué ocultarlo replicó aquel con sosiego mirando por la ventanilla. La circunstancia de ser la última persona que ha hablado con el niño me da mucho que pensar... Luego, esa visita a la cárcel...

Yo misma tengo la culpa de esto, porque deseando evitar a mi amiga las crueles reprensiones y castigos de su madre, callaba y sufría siempre, y las sospechas caían sobre .

Guiado por esta clase de razonamientos, pensó Ferpierre en tentar una prueba: llamaría sucesivamente a los dos acusados, y a cada uno diría que todas las sospechas pesaban sobre el otro. La actitud de uno y otro podía ayudar al descubrimiento de la verdad. Y una vez más reanudó el interrogatorio de la Natzichet.

En este tiempo Berenguer de Entenza, viendo que todo estaba lleno de sospechas y miedos, y que los Griegos le miraban como Catalan, y los Catalanes entraban en desconfianza de su , porque estaba cabe el Emperador en lugar tan supremo, y que aquello no podia ser sino estando de su parte, aprobando lo mal que el Emperador lo hacia con ellos; finalmente estando ya las cosas de los Catalanes, y Andronico, en términos que no se podia estar neutral, ni ser medianero entre estas diferencia sin gran riesgo de perderlos á todos, Berenguer se resolvió de acudir á su primera obligacion, y preferir á su particular acrecentamiento el público honor y estimacion de la nacion, que estaba cerca de perderse.

Palabra del Dia

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