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Actualizado: 2 de junio de 2025
Hay somnolencia, adormecimiento, cierto estado de embriaguez, de atontamiento con abatimiento moral, y muchas veces, una irritabilidad de los sentidos y del cerebro con aberraciones y delirio inquieto. El aumento de la sensibilidad es momentáneo y precede el estado contrario que antes hemos señalado.
Cuando dejaban de brillar las capas bordadas de los tres sacerdotes del altar mayor y aparecía en el púlpito otro sacerdote blanco y negro, Ulises volvía la vista á una capilla lateral. El sermón representaba para él media hora de somnolencia poblada de esfuerzos imaginativos.
Temía que de pronto un ronquido grosero cortase esta música incomprensible para él, y que, por lo mismo, debía ser magnífica. Se pellizcaba las piernas para espabilarse; extendía los brazos; cubríase la boca con una mano para ahogar sus bostezos. Pasó mucho tiempo. Gallardo no estaba seguro de si había llegado a dormir. De pronto sonó la voz de doña Sol, sacándole de su penosa somnolencia.
Todos los viernes de Cuaresma la Real Audiencia Territorial pagaba y oía con religiosa atención o mística somnolencia un sermón que alguna notabilidad del púlpito vetustense predicaba en Santa María, la iglesia antiquísima.
Doña Lupe no estaba, porque en aquellos días iba infaliblemente a las subastas del Monte de Piedad. Maximiliano permanecía largas horas en su despacho o en la alcoba, sin salir ni siquiera a los pasillos, sumergido en una meditación que más bien parecía somnolencia, por lo común echado en el sofá, la vista fija en un punto del techo, al modo de penitente visionario.
Era probado: Siempre que su marido estaba por las noches muy dado a la somnolencia espiritual, al día siguiente le entraba la desconfianza furibunda y la manía de que todos se conjuraban contra él. Poco después de esto, dijo Maxi que se quería acostar. Fortunata encendió luz, y él fue hacia la alcoba, arrastrando los pies como un viejo.
Ya faltase todo el día al taller de Bou, ya asistiese puntualmente, nunca dejaba de ir al café del Sur. A veces no estaba más que un rato, a veces cuatro o cinco horas. Se le veía solo, en blusa azul y gorra, con los codos sobre la mesa, el vaso de café delante y en la boca un puro de a cuarto, mirando las nubecillas de humo con estúpida somnolencia.
Después ya no vió nada y creyendo en un engaño del deseo siguió contemplando el paisaje, con mirada vaga, sumiéndose poco á poco en una dulce somnolencia. La joven despertó al sentir en su espalda la mano del aña.
Algunos de los dolores lancinantes y tensivos se refieren al corazon; la afeccion de este centro de la circulacion resulta del carácter nervioso de la fiebre, como se deduce de los síntomas siguientes: somnolencia, calosfríos y náuseas, calosfríos parciales, frio glacial, azulamiento de la cara, manos frias con calor general, y sensacion de frio en la piel.
Además revelaba una gran fatiga física, como si no hubiese dormido en algunas noches. ¡Vamos á ver; ¿qué tienes? Cuenta, hijo, cuenta. Sánchez Morueta sintió el mismo dolor que si de pronto se abriesen en él ocultas heridas. La presencia de su primo despertaba los pensamientos dolorosos, adormecidos por la embrutecedora somnolencia.
Palabra del Dia
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