Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de junio de 2025
En las sombrías noches de tormenta, se conmueven, parecen tomar parte en las convulsiones del Océano, y, sin sorprenderse, devuelven fuego por fuego á los resplandores celestes. Es preciso recordar que en aquella época , y hasta 1830, todo el mar estaba en tinieblas.
Perla se asemejaba al arroyuelo, en cuanto á que la corriente de su vida había brotado de una fuente también misteriosa, y se había deslizado entre escenas harto sombrías. Pero, todo lo contrario del arroyuelo, la niña bailaba, y se divertía y charlaba á medida que su existencia transcurría. ¿Qué dice este arroyuelo tan triste, madre? preguntó la niña.
LEONOR. Esa es la torre; allí está, y maldiciendo su suerte espera triste la muerte, que no está lejos quizá. ¡Esas murallas sombrías, esas rejas y esas puertas, al féretro sólo abiertas, verán tus últimos días! ¿Por qué tan ciega le amé? ¡Infeliz! ¿Por qué, Dios mío, con amante desvarío mi vida le consagré?
¡Oh Ciencia! tu eres la verdadera hija del viejo tiempo, tu, cuya mirada indiscreta transforma todas las cosas! ¿Por qué haces tu presa del corazón del poeta, oh buitre, cuyas alas son las sombrías realidades? ¿Cómo podría él amarte?
Catalina, al ver las sombrías techumbres, los viejos cobertizos, los establos, toda aquella antigua morada donde había pasado su juventud, donde se había deslizado la apacible y laboriosa existencia de su padre y de su abuelo y que ella iba a abandonar quizá para siempre, experimentó una angustia terrible; pero nada dijo, y saltando del trineo, como en otras ocasiones cuando volvía del mercado, exclamó: Vamos, Luisa; por fin nos vemos otra vez en nuestra casa, gracias a Dios.
Cierta mañana, después de haber pasado una terrible noche de insomnio, noche de fiebre y terror en que de todos los rincones de la estancia acudieron flotando grandes figuras sombrías a incitarle a proseguir en su obra de regeneración; en que escuchó voces proféticas que le anunciaron gloria inmortal, se arrojó violentamente del lecho dispuesto a todo. ¡A todo!
Tal fue también la opinión del pueblo, pues al adelantarme aislado por las callejas sombrías y apenas decoradas de la Ciudad Vieja, se oyó primero un murmullo, después una aclamación, y una viejecilla asomada al balcón de una casucha, repitió en alta voz el dicho tradicional y popularísimo: «¡Es rojo, luego es bueno!»
Asi, las calles son en lo general ó en su mayor número angostas y sombrías, tortuosas, desiguales y llenas de capricho. Pero hay allí un sello particular de elegancia y gusto que no se encuentra en ninguna otra de las grandes ciudades españolas, exceptuando á Sevilla.
Se le enredaban y confundían las especies; y la procesión de antes, con nuevas visiones ensartadas en el hilo entre las otras, volvía a desfilar, pero a la inversa: de la zona de la luz, medio a obscuras ya, a las profundidades más sombrías del cerebro.
LEONOR. Duerme tranquilo, mientras rugiendo atroz sobre tu frente rueda la tempestad, mientras llorosa tu amante criminal tiembla azorada. ¿Cuál es mi suerte? ¡Oh Dios! ¿Por qué tus aras ilusa abandoné? La paz dichosa que allí bajo las bóvedas sombrías feliz gozaba tu perjura esposa... ¿Esposa yo de Dios?
Palabra del Dia
Otros Mirando