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Actualizado: 27 de junio de 2025
En uno de sus viajes frecuentes y desconocidos, trajo don Manuel aquella niña de la mano. Tenía entonces tres años y venía vestida de luto. El caballero se la entregó a su antigua sirviente, Rita, convertida ya en ama de llaves y administradora de Luzmela, y le dijo: Es una huérfana que yo he adoptado, y quiero que se la trate como si fuera mi hija.
Ya el muchacho se disponía a forzar insolentemente la bolsa, y revolverla y registrarla sin comedimiento alguno, cuando el soldado, levantándose de su asiento, que ni tenía cojín ni respaldo, diligentemente se acercó al muchacho, increpándole su intento, diciéndole: Alto allá, y entrégueme ese despojo, trofeo de mi sirviente Canique.
No hay ningún sirviente en el patio y por eso no he mandado ver lo que pasa. Subí hasta la buhardilla más alta pero no pude distinguir nada a causa de los árboles. Espero que no le haya sucedido nada malo a nadie, sin embargo. No ha de ser hada grave, esperémoslo dijo Nancy . Quizás se haya vuelto a escapar el toro del señor Snell como el otro día.
Oyendo abrir la puerta, dejó repentinamente de tocar; era un sirviente. ¿Recibe la señora condesa? Sí, ¿quién está ahí? El señor conde de Lerne, señora. Hacedle entrar. Alzó a su hijo y le dio un beso, en seguida, sentose gravemente en un sillón teniéndolo en sus brazos como las madonas tienen a su bambino.
Aquel piso jamás había conocido alfombra ni escoba, y si alguno de sus dependientes hubiese tenido la ocurrencia de arrojar en él algunos granos de alpiste, la simiente habría florecido de un día para otro, ni más ni menos que con el riego cuotidiano que el sirviente gallego hacía para aplacar el polvo de la habitación.
¿Me esperabas a mí, no es cierto? dijo Melchor y dirigiéndose al sirviente que se retiraba después de haber guardado unos platos: José, antes de irse, deme una taza de café. Empezaré, pues, por lo que Baldomero llama lo principal. ¿Y de no?... ¿a qué fue don Ricardo? ¡Andando! Tienes la palabra. Y en una sola lo diré todo: la «Pampita»... ¿El qué? ...la «Pampita»... ¡Acaba!
Si decia uno un dicho agudo, baxaban los demas los ojos, y se mordian la lengua de sentimiento de no ser ellos los autores. Eran ménos cautelosos que los magos porque no aspiraba su ambicion á tan altos objetos, solicitando cada uno un empleo de sirviente y la reputacion de grande hombre. Decíanse en su cara denuestos, que se les figuraban agudos epigramas.
Tras del sirviente salieron al corredor Melchor y Lorenzo que por el ruido continuado de la lluvia sólo pudieron percibir los gritos de Hipólito llamando a los perros y los de Baldomero que por el corredor de sus piezas se dirigía a la caballeriza preguntando en voz alta: ¿Qué hay?...
Ella y su esposo le manifestaron a Mabel su más profundo pesar por su reciente desgracia. Después de quitarnos nuestros abrigos, pasamos al pequeño comedor, donde Gibbons y un sirviente, de librea, nos atendieron y sirvieron la cena, con toda esa majestad antigua característica en aquella espléndida mansión que tantos siglos contaba de existencia.
Encendiose más con esto la mala voluntad de aquélla; la guerra estalló con todos sus horrores, sin tregua y sin cuartel. Si Miguel salía de paseo con el lacayo, los ojos penetrantes de la andaluza siempre descubrían a la vuelta en su traje alguna mancha, algún siete mal recosido por una sirviente piadosa: «¡Jesú, qué niño ma susio y ma revoltoso! ¿Qué dirá la gente que le vea?
Palabra del Dia
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