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Actualizado: 27 de junio de 2025


Ella, en tanto, hoy mimaba a Juan, mañana prefería a Pedro, igual cariño profesaba a los dos, pero cariño ciego, vacilante, inseguro, como si viviese condenado a la incertidumbre de su propia sinceridad.

Los hijos deben obediencia á sus padres y usted es aún más que un padre para , porque no es la naturaleza la que le ha hecho serlo, sino su voluntad.... Yo soy su hechura moral ... No creo que haya en el mundo lazos más fuertes que los de mi cariño y mi reconocimiento.... Roussel lloraba todavía, pero al mismo tiempo se sentía dichoso, porque veía la sinceridad con que hablaba Mauricio.

Lo que ocurría consistía en que mientras era libre ante los hombres, se había vinculado ante su propia conciencia, sin el auxilio del rito, pero con sinceridad completa. Cierto que se había puesto fuera de las leyes, pero con el fin de hacer que volviera a ellas quien las había abandonado y desconocido, y si había recibido de éste el ejemplo del mal, había sido por darle el del bien.

Nadie diría que el hombre que de este modo razonaba, con arte tan sutil y paradójico, era el mismo que noches antes, bajo la influencia de una bebida espirituosa, había vaciado toda su alma con esa sinceridad brutal y disparada que sólo puede compararse al vómito físico, producido por un emético muy fuerte.

Yo le comparo a una máquina que tarda en calentarse, pero que, cuando al fin hierve, es siempre de temer una explosión. »Con toda sinceridad le confieso que no quisiera ver esa prosa mezclada a la poesía, sobrado delicada para no empañarse a su contacto.» «Dios me ha escuchado al fin. ¡Gracias, Dios mío!

Por fin, igual que otras veces, le dijo, mirándole con melancólica ternura: ¡Si fuera verdad!... ¿Y qué derecho tienes para dudarlo? No lo . Corazonadas... miedo. Vamos a ver; apártate un poquito y hablemos fríamente. No dudo de tu sinceridad; pero no confundamos las cosas. ¿Es que me quieres, o es que te parezco bonita? Piénsalo bien: ¿qué soy yo para ti? ¡Mi vida! ¡Mi cielo! ¡Quiá!

Sus atenciones, sus frases de cariño eran exageradas unas veces: quería borrar con ellas el pensamiento que claramente leía en los ojos de aquélla. Otras veces, imaginando que podrían servir para que sospechase de su sinceridad, las atajaba de golpe y tomaba una actitud indiferente y fría.

Me dijiste, asceta, que es triste la vida, que amor es llorar, que no mentiste cuando lo dijiste; mas dime, poeta, ¿hay algo en la vida más dulce que amar? Yo te odio, asceta, porque que sientes con sinceridad. Te amo, poeta, porque que mientes la realidad. Filósofo, Poeta, que mirais las cosas tristes de este mundo, uno, muy profundo, con ojos de asceta y otro, como rosas;

Clementina respondió la primera, que ella no tenía otro deseo que continuar manteniendo con su padre las mismas relaciones de cariño y respeto que hasta entonces, y que para conseguirlo estaba dispuesta a hacer todo lo que fuera posible. El acento seco y duro con que pronunció estas palabras y el gesto ceñudo con que las acompañó no daban testimonio muy claro de su sinceridad.

Un tal Arias depuso en términos diametralmente opuestos, y D. José de Relimpio, llamado también, declaró en términos categóricos a favor de la que llamaba su ahijada; mas su declaración, falta de solidez, daba lugar a dudas acerca de la sinceridad del anciano. Sobre tan misterioso asunto, él no sabía gran cosa.

Palabra del Dia

rigoleto

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