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Actualizado: 19 de mayo de 2025
No, señora mía; cuanto acaba usted de decir es muy justo y muy sensato y le aseguro que su manera de pensar lo hace todavía más simpática a mis ojos. Entonces, ¿es usted de parecer que, si encontrara un día el ideal que acabo de esbozarle, podría tomarlo por marido sin hacer lo que se dice una tontería? Sin duda ninguna. Exhaló Delaberge en un suspiro su última ilusión y se levantó.
Es un instrumento prehistórico, cuya imagen exacta se encuentra en algunas tumbas etruscas y creo que en ciertas monedas celtíberas. Don Casto Sampedro, un distinguido arqueólogo que se pasa la vida recogiendo curiosidades celtas y romanas para el museo de Pontevedra, debiera llevarse allí un arado y, con poco esfuerzo, dotaría así de una antigüedad indiscutible a la simpática institución.
Ha de saber usted que la monjita por quien pena es prima mía. ¿De veras? pregunté estupefacto y con poca galantería. No muy próxima, pero sí lo bastante para que pueda llamarla así. Su madre es prima segunda de papá. Si algo pudiera faltar para que aquella hermosa y amable joven me fuera del todo simpática, fue este descubrimiento.
En cambio, la marquesa buscaba al único hombre que no había mostrado interés en hablarla. Al fin consiguió en una de sus evoluciones sentarse á un extremo del salón, con Robledo al lado de ella. Indudablemente, Watson no ha querido venir dijo al español . Cada vez estoy mas convencida de que no le soy simpática á él... ni tampoco á usted.
Era moreno de rostro, viva la mirada, tan abundoso el pelo, que acaso sea peluca, de gentil talle, galán y airoso, con esa hermosura masculina, que consiste antes en la simpática expresión de la fisonomía y natural elegancia de la persona que en la corrección de las líneas: tipo muy de su tierra que pudiera aceptarse como la personificación del caballero español de su tiempo.
Como quiera que fuese, él imaginaba que Rafaela tenía una voz dulce y simpática; que cantaba lindamente canciones andaluzas y que bailaba el fandango, el vito y el jaleo de Jerez por estilo admirable. No había aprendido ni la música ni la danza, pero la misma carencia de arte y de estudio prestaba a su baile y a su canto cierta originalidad espontánea, llena de singular hechizo.
Pues bien, ahora lo estoy mucho más, cien veces más. ¡Qué mujer tan simpática! ¡Qué tranquilidad, qué dulzura respiran todas sus palabras y movimientos! ¡Qué timbre de voz tan delicioso! Parece que viene impregnado de la claridad y armonía que reinan en su alma.
La política que al Gobierno francés trazan todos sus publicistas, Considerant, Damiront y otros, simpática por el progreso, la libertad y la civilización, podría haberse puesto en ejercicio en el Río de la Plata, sin que por eso bambolease el trono de Luis Felipe, que han creído acuñar con la esclavitud de la Italia, de la Polonia y de la Bélgica; y la Francia habría cosechado en influencias y simpatías lo que no le dió su pobre tratado Mackau, que afianzaba un poder hostil por naturaleza a los intereses europeos, que no pueden medrar en América sino bajo la sombra de instituciones civilizadoras y libres.
Antero era un joven de carácter franco y fisonomía simpática, locuaz, ilustrado, arrogante. Se había recibido de licenciado en Derecho hacía pocos años. No diremos que se creyese un genio, pero sí estaba seguro de que podía competir con los jóvenes más distinguidos de la provincia. En cuanto á su valle natal, ningún otro osaba hablar de política y literatura delante de él.
El P. Gil levantó los ojos y reconoció a la hija de Osuna. La conocía mucho de vista, aunque jamás había hablado con ella. No ignoraba que era penitenta muy asidua del P. Narciso, y aun habían llegado a sus oídos ciertos rumores que rechazó, por supuesto, con indignación. Sin embargo, aquella joven tan aficionada a la iglesia, tan suelta y andariega, no le era simpática.
Palabra del Dia
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