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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Pasó su causa al Consejo de Cámara, comenzando entonces D. Bernardino á poner en juego su influencia y á mover resortes, á fin de que se le indultase y echara tierra al asunto; pero parece que, leido con detenimiento el proceso en la Corte, pesó tanto la relación de los delitos en los severos jueces y movióles tanto á indignación, que, lejos de obrar benignamente, enviaron orden á Sevilla para que al punto fuera preso el caballero, y degollado, conforme á su calidad, en la plaza de San Francisco.
Su meditación de religioso se quebrantaba con sus cavilaciones de hombre, y si la enérgica voluntad o el temor al peligro traían la oración a sus labios, entre los severos pensamientos del sagrado rezo se deslizaba un nombre de mujer, penetrando su imagen alegre y bulliciosa entre las austeras reflexiones, como entraría una maga en un coro de monjes.
Pues nada... Estaba la noche tan hermosa que no tuve ganas de acostarme... y andaba dando vueltas esperando el sueño. Está bien repuso mirándole de arriba abajo con ojos recelosos y severos. ¿Y aún no te ha llegado el sueño? No, señor. Pues mira, hijo, lo mejor que puedes hacer es irte á la cama, porque te expones á quedar dormido en mitad del arroyo.
La mujer, que allá en el claustro representaba la suma de todas las tentaciones, peligros y asechanzas mundanales, el escollo que ante todo debía evitar el hombre para perseverar en el buen camino, el ser á quien los monjes del Císter no podían mirar sin pecado ni tocar sin exponerse á los más severos castigos de la regla.
La controversia concluyó, y María de la Paz, más dada al sermón que á la doctrina teológica, prosiguió arengando á Clara, que, sentada como un reo en el banquillo, estaba aterrada en presencia de tan severos jueces. La opinión de la mujer decía la matrona, es cristal finísimo que se empaña al menor soplo.
No hay, sin embargo, duda de que cualquiera de esos sombríos y severos puritanos habría creído que era ya suficiente expiación de sus pecados, ver que el antiguo tronco del árbol de la familia, después de transcurridos tantos y tantos años que lo han cubierto de venerable musgo, haya venido á producir, como fruto que adorna su cima, un ocioso de mi categoría.
Con esto, se fueron arrojando de las cabalgaduras, y los maridos, muy severos , apeando en los brazos a sus mujeres, llamando todos al Güésped, «y él de nada se dolía» . La Autora se asentó en una alhombrilla que la echaron en el suelo; las demás princesas, alrededor, y el Autor andaba solicitando el regalo de todos, como pastor de aquel ganado.
Maderas de raíz de nogal con filetes negros, y cuero cordobés con grandes clavos de níkel; armarios llenos de libros regularmente grandes, lujosa y severamente encuadernados; cortinones de color de café con rica y severa pasamanería; alfombra persa de severos colores; coronas de marqués en cada paño y en cada mueble; algunos cuadros al óleo, de tan severo gusto, que costaba trabajo descifrar el asunto de ellos debajo de la pátina que los obscurecía..., y así sucesivamente.
Todos sabemos la importancia del régimen en las enfermedades crónicas. Pero recomendamos á los que sean muy severos, que atenuen sus exigencias, pues hay mas que temer de las innovaciones muy bruscas en las bebidas y alimentos habituales.
La bella castellana, de tez pálida y fina, cejas arqueadas, ojos severos y andar aristocrático, sacude el abanico con una gracia inimitable, y lleva la mantilla medio caida con la majestad que una reina su manto.
Palabra del Dia
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