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Actualizado: 29 de julio de 2025
Por último, se ha de notar que la novela de Dafnis y Cloe no quiere ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta amañada inocencia, propende á difundir regocijo en quien lee, lo cual podrá ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiestético, que es de lo que aquí tratamos.
Unos amigos hablaron seriamente de ir al camarote de Nélida para traerla a la fiesta y darle una paliza al hermano, proposición que puso foscos al belga y al alemán, como si cada uno por su parte se creyese el depositario del honor de la muchacha. Calló Maltrana, cual si temiera decir demasiado; pero ante la curiosidad de su amigo siguió adelante.
Contenía unas cuantas palabras de felicitación bastante secas, y me anunciaba que Lotario aplazaría su regreso hasta después de mi casamiento; le sería muy penoso encontrarse tan cerca de mí y no poder estar a mi lado ese gran día. Esto, señores, me apenó; porque yo lo amaba de veras, al muy bandido. Sí, sí... y mi novia también me tenía inquieto. Seriamente inquieto, señores.
Así que sacié mi apetito, levantó la mesa la sirvienta, se encendió un espléndido fuego en el hogar, y nos sentamos, el cura y yo, cada uno a un lado de la chimenea. Veamos, pues, Reina, hablemos seriamente. ¿Qué tienes que contarme? Adelanté mis piececitos hacia las llamas del hogar y respondí tranquilamente. Mi cura, me muero.
A pesar de su afectado desinterés, la hija del viejo Neris sabe contar tan bien como su difunto padre. Hace mucho tiempo había yo visto su juego y sabía que su hijo no resistiría seriamente a sus razones... contantes y sonantes. ¡Oh! señor Hardoin, toda acción puede tener un móvil noble y generoso. ¿Por qué atribuirla con preferencia a un motivo bajo y vil?
Esto me halagaba mucho y hasta llegaba a entusiasmarme, y a todo ello daba abrigo y refugio, con la imagen de Lituca, en el fondo de mi corazón, empezando a dudar ya muy seriamente si procedía de ésta sola aquella nueva luz que me embellecía todo cuanto me circundaba, o había real y positivamente en ello algo capaz, por virtud propia, de hacer el milagro de mi rápida conversión a otra vida que poco antes me parecía insoportable.
Me alegro mucho de haberle hecho sentir la hermosura de esa pieza musical. Este nocturno es apropiado al momento presente. Siempre trato de establecer armonías entre el tiempo, mis pensamientos y las cosas. ¿Quiere usted que continuemos en esta nota? Hablemos seriamente, esto no nos sucede frecuentemente, y hoy tengo pocas ganas de divertirme. ¡Me da usted miedo!
La señora le explicaba al anciano médico el carácter y temperamento de cada una de sus hijas; la conversación era larga. En el espacio de nueve horas le dieron cuatro ataques intensos a la enferma, que la dejaron a tal punto postrada, que el médico temió seriamente un mal resultado. No obstante, después del cuarto, quedó relativamente bien, y pasó el día bastante tranquila.
Seriamente no es lícito afirmar que Rafaela se enamorase de D. Joaquín; pero sí puede, y debe afirmarse, que le cobró grande amistad y le estimó en mucho, considerándole casi un genio para todo aquello que a la crematística se refiere. Y como se lo decía, dándole encarecidas alabanzas, le adulaba, le enamoraba y le animaba a la vez, todo sin el menor artificio.
Este es un punto en que la sociedad debe reflexionar seriamente para libertarse de esa costumbre cruel que le han legado generaciones ménos ilustradas. Las convicciones del nuevo adepto nada dejan que desear; en ellas se combinan razones sociales y humanitarias; al parecer, nada fuera capaz de conmoverlas.
Palabra del Dia
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