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Actualizado: 30 de abril de 2025
Ven aquí, vida mía suplicaba Eva . Hazme el favor de divertir á tus hermanos con uno de tus discursos. Y el niño, empujado por su propia elocuencia, hablaba horas y horas, sin saber ciertamente lo que decía, dando tiempo á la madre para terminar su obra. Tú serás el rey de la tierra declaró el Todopoderoso ; tú serás el Orador, y con eso queda dicho todo.
Serás el dispensador de la justicia; interpretarás según tu criterio las leyes hechas por los otros; poseerás el privilegio de establecer lo que es el Bien y lo que es el Mal, cambiando de opinión cada siglo. Sujetarás todos los delincuentes á las mismas reglas penales, medida tan cuerda y acertada como si los médicos pretendiesen curar á los enfermos con el mismo remedio.
¡Hermosa, sí, hermosa, majadero! exclamó furioso el señor de las Cuevas. ¿Serás capaz de poner tachas a un ángel? No riñamos por eso. Sí reñiremos... No quiero que vuelvas a hablarme de Cecilia de ese modo... ¡Vaya, vaya! Bien; pues confieso que Cecilia es una chica muy linda... pero... ¿Pero qué? Pero yo no puedo quererla... porque ya quiero a otra.
33 Tus ojos mirarán las extrañas, y tu corazón hablará perversidades. 34 Y serás como el que duerme en medio del mar, y como el que se acuesta junto al timón. 1 No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; 2 porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios. 3 Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará;
Generacion de bivoras, como podeys hablar bien, šiendo malos? porque del abundancia del coraçon habla la boca. El buen hombre del buen thešoro del coraçon šaca buenas cošas: y el mal hombre del mal thešoro šaca malas cošas. Porque de tus palabras šerás juštificado, y de tus palabras šerás condenado.
Escuchóme bonitamente y luego me dijo: «Tú, hija mía, no serás nunca mas que una pobrecilla fracasada, una triste horizontal. De esta manera no lograrás atrapar jamás al multimillonario.
Cuando entró Romagné en el período de franca convalecencia, su huésped y salvador, que tantas veces le había trozado el pan y partido los biftecs, le dijo: A partir de este momento, comeremos siempre juntos. Sin embargo, si prefieres comer en la cocina, también serás allí perfectamente alimentado, y es posible, tal vez, que te encuentres más a gusto.
¡Pero, hombre, siéntate! decía el doctor asustado al verle ir y venir por el despacho como un loco. No golpees los muebles. Ya sé que de un puñetazo eres capaz de romper esa mesa. No los has matado y has hecho muy bien. ¿Acaso eres tú el primero, ni serás el último, de quien se burle una pájara de esas? Sigue contando... sigue.
Por añadidura, serás libre y considerada, y tendrás quien guarde y prospere tu hacienda, y te mantenga en la abundancia que necesitas para vivir sin contrariedades ni privaciones. Esto quiero para ti; esto puedo proporcionarte, y con esto te brindo... ¿A qué respetos falto, ni a quién ofendo con ello?
El segundo, que vestía ropa negra y talar, le dijo endulzando el desengaño con acento meloso: El amor de esa mujer no es para tí. Conténtate con su caridad. Los favoritos de ahora son los dichosos de aquí bajo... Tú serás de los bienaventurados allá arriba. ¡Hay otra vida! ¡Cree, sufre y espera!
Palabra del Dia
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