Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de mayo de 2025


Hasta la anormalidad de ser otro distinto de su amante quien recibió su juramento, le pareció cosa conforme al estado de su espíritu, porque, en vez de sentir el terror que le inspiraba la idea de dejarse poseer, pudo complacerse en saborear mentalmente el casto placer de pensar que su porvenir y su vida estaban para siempre unidos a los de un hombre que la quería, y que, no pudiendo verla, no habla de fundar la pasión en sólo la hermosura.

¡Jesús, que café, capitán! dijo Bertita, haciendo un gracioso mohín de desagrado al saborear el negro líquido que humeaba en la taza: nunca podré acostumbrarme á estos brebajes recordando el Moka que se tomaba en casa del Ministro, el primo de este. Pues no digo á ustedes nada, del que se servía en la embajada de Rusia, ni el que se daba en las soirées de la Baronesa: ¡Jesús, Jesús, qué país!

Es preciso estar siempre ojo avizor para saborear como es debido aquellas atrevidas metáforas, aquellas extravagantes relaciones, aquellos estupendos equívocos, aquellas arbitrarias licencias en que se complace.

Además, tenía los sentidos y el gusto muy afinados para saborear y discernir la belleza que hay en la energía y en la habilidad del mal; un pícaro gracioso, redomado, hábil y suelto para sus picardías, le parecía un héroe: Luis Candelas, según se lo presentaban librotes de imaginación muy populares, era un héroe con quien hasta soñaba.

Parece que va por la vida como un viajero que está dando la vuelta al mundo, sin fijarse en parte alguna, sensible a las bellezas del camino, vibrante, entusiasta, apto para comprenderlo todo, para deslumbrar, para gozar, para pescar al vuelo y saborear las más finas y las más fuertes sensaciones. Amar debe ser otra cosa. Me parece que el amor debe tener menos superficies para concentrarse más.

Aquella primera noche, en vez de saborear la excelente comida que me habían preparado mis cocineros, dejé que los caballeros de mi séquito la despachasen a su gusto, bajo la presidencia de Sarto, mientras yo cabalgaba en compañía de Tarlein hacia la villa de Zenda y más particularmente hacia cierta posada que allí conocía.

Además, el clima frío, el nublado cielo de nuestras comarcas del Norte habían de contribuir en gran parte á la reclusión de los antiguos dioses. Entre nieves y vientos, en medio de las tempestades, ¿cómo habían de poder solazarse en alegres banquetes, saborear la ambrosía y tañer la áurea lira?

Sin empeñarnos en que participen de nuestra opinión los que, impulsados por lo que se llama ilustración en nuestros días, carecen de aptitud para saborear la poesía del catolicismo, ni en que aprecien las bellezas de este drama, nos limitamos á recomendarlo á todos los demás, capaces de estimar la poesía verdadera, sean las que fueren las extrañas vestiduras con que se cubra.

Luego, dando rodeos para no encontrarse con nadie, se fue a su casa, impaciente por saborear a solas la realización de su esperanza. Encerrose en el despacho, abrió el cajoncito más recóndito de su mesa, y fue reuniendo y apuntando todo el dinero que tenía: sesenta y tantos duros en plata, unas cuantas monedas de oro y ocho mil pesetas en billetes.

Lo que hacía el muy farsante era saborear de antemano lo que se le aproximaba y ver de qué manera decía a su madre con el aire más grave y filosófico del mundo: «Mamá, he meditado profundísimamente sobre este problema, pesando con escrúpulo las ventajas y los inconvenientes, y la verdad, aunque el caso tiene sus más y sus menos, aquí me tiene usted dispuesto a complacerla».

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando