Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de junio de 2025


Estremecióse Julián, y se le borraron las rosadas tintas de los pómulos. No era de madera de héroes, lo cual le salía a la cara. A don Pedro le divertía infinito el miedo del capellán. En la índole de don Pedro había un fondo de crueldad, sostenido por su vida grosera. Apostemos exclamó riéndose que la cruz aquélla del camino va usted a pasarla rezando.

El cielo se había calmado, los amarillos nubarrones habían desaparecido: coloraciones rosadas, y verdes, purísimas, iluminaban el occidente. El Príncipe continuó: El rencor, el odio, la envidia, la concuspicencia, todas las miserias que habían formado mi vida, se me aparecieron por fin bajo su luz sombría.

El sol extendía ya por el firmamento sus dorados rayos; elevose dulcemente, y con inefable amor pintó de rosadas tintas los lejanos picachos. Y el albor de Navidad acarició tan tiernamente a Bar Sansón, que la montaña entera, como sorprendida en una acción generosa, se sonrojó hasta las nubes. Agitábase en conmoción Campo Rodrigo.

Escuche, pues, compadre, todos tenemos que vivir; yo tengo obligaciones: una abuela enferma, una esposa adorada, y dos hijos pequeños, con sus hermosos cabellos rubios y frescas mejillas rosadas... Y además... El gitano le interrumpió por un movimiento tan brusco, que todas sus cadenas resonaron como si se hubieran roto.

EL GRUESO ROMANO. ¡Tiene un talento este Escipión! ESCIPIÓN. Nuestras lindísimas raptoras porque parece que no somos nosotros quienes las hemos raptado, sino todo lo contrario . Nuestras lindísimas raptoras, digo, ocupadas en arañarse la cara con sus rosadas uñas o en tirarnos de los pelos o en hacernos cosquillas, no pueden oír nuestros argumentos.

Los ingleses, como sucede en todos los sitios, vehículos y líneas de excursion, estaban en mayoría, representados principalmente por una media docena de young ladies robustas, rubias, rosadas y vestidas caprichosamente.

Y, al tiempo cuando el sol se va mostrando por las rosadas puertas orientales, con suspiros y acentos desiguales, voy la antigua querella renovando. Y cuando el sol, de su estrellado asiento, derechos rayos a la tierra envía, el llanto crece y doblo los gemidos. Vuelve la noche, y vuelvo al triste cuento, y siempre hallo, en mi mortal porfía, al cielo, sordo; a Clori, sin oídos.

Además, su buena alma plácida, tranquila, amiga del reposo, de la rutina, de sus ovejas y del cuerpo que la poseía, no había soñado nunca con el martirio, y le veía palidecer, tanto cuanto sus rosadas mejillas le permitían, cuando leía el relato de los suplicios aplicados a los primeros cristianos.

Y así continuaba el diálogo de exclamaciones sueltas, lamentos y protestas, mientras las dos jóvenes, en chambra y enaguas, mostrando a cada abandono rosadas desnudeces, iban de un lado a otro, como aturdidas por el ambiente cálido y pesado de la habitación cerrada.

Fué él en los arsenales del desierto, cuando pasamos por el Canal de Suez; adelantándose en la proa de un barco mercante, cuando entramos en Malta, resbalando sobre las rosadas montañas de Sicilia y emergiendo de los mares que cercan el Peñón de Gibraltar.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando