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Yo les escuché inmóvil, petrificado, reteniendo el aliento y con el pecho oprimido, pues sus palabras caían sobre mi corazón como gotas de agua helada. » Voy a ser feliz, Magdalena decía Amaury. Todos los días podré ver tu adorable cabeza encerrada en el marco que mejor le sienta: el claro cielo de Nápoles y Sorrento. » , Amaury contestaba Magdalena.

La señora de Villanera servía, sin saberlo, este secreto deseo de Germana, reteniendo a su lado a la señora de Vitré, con la que cada día se sentía más identificada. Don Diego no había llegado aún a ese punto en que un amante soporta impacientemente la compañía de los extraños; su cariño por Germana era aún desinteresado.

Se despidió para ir al escenario a ver a Tristán y si no estaba para ir a buscarle a su casa. Mientras Elena hablaba con uno de sus amigos acercose por detrás a saludar a su compañera la condesa un caballero de mediana edad y elegante porte, se estuvo un rato departiendo con ella y se despidió al cabo amable, sonriente, reteniendo algún tiempo en su mano la de Marcela.

El, abandonándose a este dulce balanceo, se durmió por completo; mientras que Melia, reteniendo su aliento, y separando los negros cabellos que ocultaban la despejada frente de su amante, tan pronto depositaba en él un beso, tan pronto pasaba un dedo afilado sobre sus espesas cejas que se contraían convulsivamente aun durante su sueño. Capitán, todo está dispuesto dijo Zeli entrando.

Le creyó asegurado, y, pareciéndole a ella misma imprudente seguirle reteniendo en aquella clausura que le amarilleaba el semblante, resolvió que el escudero le sacara a pasear, de tiempo en tiempo.

Sólo después de un largo silencio, y reteniendo entre sus brazos cariñosamente a su hija, pudo al fin contestar con voz balbuciente: No, Luisa, no; estoy bueno y soy muy feliz. Siéntese usted, Juan Claudio dijo el anabaptista viéndole temblar de emoción ; aquí tiene mi silla. Hullin se sentó, y Luisa, sentándose en sus rodillas y echándole los brazos al cuello, comenzó a llorar.

Ha sido usted muy amable cumpliendo tan puntualmente su promesa... Grande es mi contento... Y le tendió la mano, que el inspector general besó con caballeresca galantería. No había de olvidar lo prometido repuso Delaberge reteniendo un momento los dedos de la joven entre los suyos. ¿De qué se trata, señora mía?

15 para que seáis irreprensibles e inocentes, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo; 16 reteniendo la Palabra de vida para que yo pueda gloriarme en el día del Cristo, que no he corrido en vano, ni trabajado en vano.

En ese instante, hacia la derecha del mancebo, un desconocido, con galas de soldado, exclamó, reteniendo a un lacayo por el gregüesco: ¡Ea, seor Antoñico, no nos alargue la penitencia y arrímenos por piedad otro plato de bódigos y unos vidriecicos del San Martín, que fenecemos!

Tal es mi voluntad. Joselina Juana, Condesa Porhoet-GaélEn el exceso de mi sorpresa, me había levantado por una especie de sacudimiento, é iba á hablar, cuando la señorita de Porhoet, reteniendo suavemente mi mano, la colocó en la de Margarita.