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Actualizado: 11 de junio de 2025
Una parte de ellos persigue á los fugitivos por el camino de Villoria; otros siguen á los que huyen por la calzada de Entralgo. Toribio desdeña esta persecución. Con el garrote en alto y dando feroces gritos, que resuenan temerosamente en el valle pasea su furor y su triunfo por todo el campo de la iglesia. Bartolo. Media hora después no quedaba un ser viviente en este campo.
Allá, las calesas rojas, cubiertas de ricos dorados, vuelan arrastradas por un caballo rápido, cuya cabeza está cargada de plumas abigarradas y de cascabeles que resuenan a lo lejos; aquí, el pavimento tiembla y gime bajo el peso de ocho mulas cuyos arneses resplandecen de cifras y de escudos de armas de plata, y que arrastran un coche pesado y macizo, rodeado de lacayos con las magníficas libreas de un grande de España y precedido de picadores de trajes deslumbrantes.
Además ¿no hay también horas menos ruidosas? Cuando Gertrudis dice: «Juan, ven a cantar», se sientan juiciosamente uno al lado del otro en el emparrado, o cuando se pasean lentamente a la orilla del riachuelo; y cuando Martín ha encendido su pipa y está dispuesto a escucharlos, sus voces resuenan claras y vibrantes en la sombra de la noche. Bien pronto llegan instantes de solemne encanto.
Resuenan entonces voces angustiosas detrás de la escena; Abraham se apresura á prestar auxilio al desdichado, que pide ayuda, y encuentra á Lucrecia desmayada, habiéndose extraviado en su peregrinación y precipitádose desde una peña.
El pez muda poco y con lentitud, lo mismo que el hombre y los grandes animales, economizando, amontonando la vida, creándose el tesoro de un poderoso sistema nervioso dotado de innumerables alambres eléctricos que resuenan en la espina y el cerebro.
Aun conservo la paja, el musgo, la lana: restos preciosos de aquel nido hoy vacío y sin las ternezas que algún día le animaron a pesar de la frialdad que en él se observa, me gusta recogerme en él de cuando en cuando; la voz de mis padres, los gritos alegres de mis hermanas, los ruidos que producen la alegría y el amor, parece que resuenan bajo las viejas maderas que sostienen el techo.
¡Oh! ¡cuánto amo una noche de estío, una bella noche de España, con su cielo transparente y azul como en los más hermosos días de Francia, y su luna más brillante que su sol! porque entonces todo es misterio y silencio, todo se agranda en la obscuridad; porque entonces el ligero estremecimiento del ala matizada de una mariposa, una flor que, destacada de su aureola, cae zumbando sobre una hoja seca, el murmullo de las ramas que el aire agita y balancea, resuenan más fuerte a vuestro oído inquieto y atento que el cañón que truena en un día de fiesta.
La humanidad debe temblar por su porvenir si otra vez resuenan bajo esta bóveda las botas germánicas siguiendo una marcha de Wágner ó de cualquier Kapellmaister de regimiento. Se alejaron del Arco, siguiendo la avenida Víctor Hugo. Tchernoff marchaba silencioso, como si le hubiese entristecido la imagen de este desfile hipotético.
La profetisa parecía contemplar con profunda sorpresa un cuadro insólito, un espectáculo para ella inesperado. ¡Dios mío! exclamó por fin. ¿De dónde proceden esos vastos pueblos, esos estados poderosos que ante mí se levantan? Y más allá otros, y otros, allende los mares. Ocupan continentes enteros en los que resuenan los martillos de sus fábricas y las campanas de sus iglesias.
Frente á la parroquia de Santiago hay una casa de humilde apariencia: por encima de sus paredes asoma una gallarda palma; dentro resuenan veinte ó treinta voces argentinas que con unísono tonillo recitan oraciones. En todas partes tiene Córdoba reservadas para el amante del arte gratas sensaciones: ahora las encontramos en una escuela de niñas.
Palabra del Dia
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