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Actualizado: 11 de junio de 2025
Los hombres, cargados de regalos, nos atropellan, y a lo mejor se siente uno abofeteado por una cabeza de capón o pavo que a nuestro lado pasa. Las confiterías y tiendas de comidas ofrecen en sus vitrinas una abundancia eructante y pesada que, por la vista, ataruga el estómago.
El millonario quiso hacer algo por ellos; pero apenas intentó distribuir unas botellas de vino, unos panes, lo primero que encontró á mano, se interpuso un médico, apostrofándole como si cometiese un delito. Sus regalos podían resultar fatales.
Yo os aseguro, ó fuertes ciudadanos, Que no falte por mí la intencion vuestra De que no triunfen perfidos Romanos, Si ya no fuere de ceniza nuestra. Saldrán conmigo sus intentos vanos, Ora levanten contra mí su diestra, O me asesaren con promesa cierta, A vida y á regalos, ancha puerta.
La tía Quica se dio cuenta del mal efecto que su conversación causaba en doña Manuela, y se apresuró a manifestar el objeto de su embajada, echando mano a la inseparable cesta. En ella llevaba algunas cosas para obsequiar a la señora en sus días; regalos de pobre, pero que ofrecía con la mejor voluntad del mundo.
Además, los regalos de don Paco llueven sin descampar sobre aquella casa; ya envía un pavo, ya una docena de morcillas, ya fruta, ya parte del chocolate que le regala su merced, hecho por el hombre que viene expresamente desde Córdoba a hacerlo a esta casa.
Era cierto que los estudiantes habían recobrado su libertad gracias á las instancias de sus parientes, que no perdonaron gastos, regalos ni sacrificio alguno. El primero que se vió libre fué, como era de esperar, Makaraig y el último, Isagani, porque el P. Florentino no llegó á Manila sino una semana despues de los acontecimientos.
Era inmensamente rico: ¿por qué no mantener un lujo que era la suprema ilusión de todas ellas?... No le ofendía que de este lujo disfrutasen sus sucesores. Experimentaba un orgullo de dios al hacer sentir á todas horas su generosidad sin dejarse ver. En París, una joyería dirigida por un judío de origen español trabajaba solamente para los regalos del príncipe.
Y por último, para el provecho que a los demás hombres puedan traer estos bienes y regalos de los espíritus contemplativos, quiero añadir una consideración de gran peso; a saber, que en ninguna creencia, en ninguna doctrina, se ensalza tanto como en la nuestra la dignidad humana, el ser del hombre, prescindiendo de su valer accidental.
Con una señal llamó al joven y cogiéndole del brazo le dijo con tono indiferente. Acabo de hacer llevar á vuestras habitaciones los últimos regalos recibidos por Herminia, porque ahora no debo guardar nada suyo.... Excepto ella misma, interrumpió galantemente Mauricio. ¡Oh! Pertenece á usted por completo, replicó la señorita Guichard observando al joven. Nos la repartiremos, respondió éste.
La dicha doméstica de los recién casados, la rústica inocencia de su vida, son retratadas con los colores más bellos de la poesía. El comendador, que se restablece poco á poco, comienza á sentir cierta grata inclinación hacia su bella huéspeda, siendo tratado por ella con la más sincera amistad. Al despedirse hácele ricos regalos, que son recibidos con gratitud.
Palabra del Dia
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