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Actualizado: 8 de mayo de 2025


Cuando entró en convalecencia supo por ella que Tristán había provocado secretamente a Núñez y que éste había rehusado el duelo alegando que no era él quien tenía derecho a exigirle una reparación. Entonces Tristán le había abofeteado.

Los hombres, cargados de regalos, nos atropellan, y a lo mejor se siente uno abofeteado por una cabeza de capón o pavo que a nuestro lado pasa. Las confiterías y tiendas de comidas ofrecen en sus vitrinas una abundancia eructante y pesada que, por la vista, ataruga el estómago.

Habéis abofeteado á un hombre, ignoro con qué motivo: ese hombre os ha pedido que le desagraviéis riñendo con él, y vos habéis aceptado; yo era el único hombre de espada que estaba presente, y me ofrecí... Y yo he aceptado... gracias dijo seca y brevemente Juan Montiño.

Era mejor que lo matasen los alemanes... Y empezó á acariciar mentalmente la idea de recoger un arma de cualquiera de los muertos, cayendo sobre el junker que le había abofeteado. Estaba llenando por tercera vez los cubos y contemplaba de espaldas al teniente, cuando ocurrió una cosa inverosímil, absurda, algo que le hizo recordar las fantásticas mutaciones del cinematógrafo.

Contábase que en uno de estos almuerzos al cual asistía un príncipe extranjero, ofendida la joven al fin por el lenguaje que se tenía en su presencia, había abofeteado a uno de los convidados; algunos pretendían que había sido a su mismo marido, otros que al mismo príncipe.

Su último duelo databa de ocho años antes: un encuentro en la frontera italiana entre dos señores que se habían abofeteado por una trampa de juego. Aún se hizo más sombrío su rostro mientras se inclinaba en señal de asentimiento, llevándose una mano al pecho.

Tristán llevó a otra mesa a sus dos amigos y conferenció con ellos brevemente. Tengo, sin ninguna clase de duda, la elección de armas, porque he sido abofeteado delante de varias personas. Elegid la pistola en las condiciones más graves que podáis. Los amigos se dirigieron al Teatro de Apolo.

Pero como el abofeteado tenía amigos en la escuela, al ver la bandera encarnada, echáronse sobre los agresores y se armó la gorda. Eso explica, lector, ese cuadro, verdadero campo de Agramante, que has visto al asomar al gran salón; por eso gimen unos, brincan otros, vocean todos, y se cruzan por el aire libros, plumas, almadreñas y tinteros.

Era más alta que cualquiera de los presentes, blanca como la nieve, suave como la manteca y de una musculatura tan exuberante como bien contorneada; montaba a la inglesa, tiraba la pistola, y había abofeteado en medio del paseo a la Tiplona, su rival la Volpucci, que también tenía sus aficionados.

¡Déjenme ustedes! exclamaba Tristán . ¿No ven ustedes que me ha abofeteado? Nanín guardaba silencio. Al fin volvió de nuevo la espalda y con tranquilo paso se dirigió a la escalera para subir al palco. Tristán, sujeto por las manos de los dependientes, le gritó: ¡Pronto tendrá usted noticias mías! El marquesito siguió caminando con desdeñosa indiferencia. Tristán corrió al café.

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