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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Apenas se aproximaba á sus dominios, salía á su encuentro con una sonrisa de invitación: «¿Un refresco... VicenteLa mejor silla era para él. Caragòl había olvidado su nombre por innecesario. Al ser de Vannes, sólo podía llamarse Vicente.

Se le ofreció descanso y un refresco que rehusó, restregándose los ojos, para evitar las miradas de sirena de los ojos azules de Sofía, excusose y se fue derecho a casa. Durante los dos o tres días siguientes al arribo de la compañía dramática, Melisa iba tarde a la escuela, y a causa de la ausencia de su constante guía, el paseo usual del maestro la tarde del viernes, fue por una vez omitido.

Dió un suspiro y murmuró: «Vamos». Y siguió adelante, rozando con su cintura el pretil del paredón. Al llegar a cierto paraje, una ola más fuerte que las demás le bañó enteramente con su espuma. Aquel inopinado baño le produjo grata impresión, le refrescó la piel. Estuvo esperando en el mismo sitio un rato, por ver si llegaba otra con igual fuerza, pero no vino. Y emprendió de nuevo la marcha.

Al darle un cariñoso abrazo, el anciano pareció volver en , recobrando su acuerdo, y se le refrescó la memoria. «Chulita, no te vayas le dijo, dándole un palmetazo en el muslo . ¡Ah... qué tiempos aquellos! ¿Te acuerdas? ¡Qué días tan felices! Lástima que yo no hubiera tenido veinte años menos. Entonces que habríamos sido dichosos». Ella decía que con la cabeza.

Sabiendo esto el escritor de costumbres, no desdeña muchas veces salir de un brillante rout, o del más elegante sarao y previa la conveniente transformación de traje, pasar en seguida a contemplar una escena animada de un mercado público, o entrar en una simple horchatería a ser testigo del modesto refresco de la capa inferior del pueblo, cuyo carácter trata de escudriñar y bosquejar.

A las 5 a. m. mi vecina se levantó, humedeció una esponja diminuta, se refrescó la cara, sacó el reloj, consultó su itinerario, arregló sus maletas, y como yo hiciera mi aparición en ese momento, me tendió la mano, dándome un gracioso good morning. Cuando el tren se puso en marcha nuevamente, volvió la cabeza y me hizo un saludo con la mano. Me volví al vagón de mal humor.

La tertulia continuó hasta las doce, y hubo refresco; esto es, tacillas de almíbar, y, por último, chocolate con torta de bizcocho y agua con azucarillos. El retiro y la soledad de Pepita van olvidándose desde que volvió la primavera, de lo cual mi padre está muy contento. De aquí en adelante, Pepita recibirá todas las noches, y mi padre quiere que yo sea de la tertulia.

En la mesa del señorito, se servían las botellas después de una larga permanencia en tanques llenos de hielo. El vino pasaba por la boca dejándola insensible, con la grata parálisis de la frescura. Nos vamos a emborrachar decía sentenciosamente el capataz. Esto se cuela sin sentir. Es refresco en la boca y fuego en la tripa.

Y cuando ya estaba bien dentro de la tierra, dijo: «¡Brota, agua, brota!» Y el agua empezó a brotar por entre las flores con un suave murmullo refrescó el aire del patio, y cayó en cascadas tan abundantes que al cuarto de hora ya el pozo estaba lleno, y fue preciso abrir un canal que llevase afuera el agua sobrante.

Bonis, que había procurado quedarse con su mujer mientras los demás, despedido D. Basilio, corrían al comedor, donde les aguardaba el refresco, tuvo que dejarla sola porque le echó de su presencia a cajas destempladas. Desapareció Reyes, y los convidados quedaron por dueños de la casa, pues D. Juan Nepomuceno había salido también cuando el médico.

Palabra del Dia

condesciende

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