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Actualizado: 30 de septiembre de 2025
Hallábase ésta bajo dos arcos cruzados, en el sentido de las diagonales de las andas, revestidos de pañuelos de seda de sobresalientes colores, y caían sobre la cabeza del Bautista multitud de relicarios, campanillas, acericos y escapularios, y no pareciéndoles, sin duda, bastante á mis primas la piel con que el escultor cubrió la desnudez de la imagen, habíanle colgado sobre los hombros un rico chal de Manila, que le llegaba hasta los pies, y colocado en la mano con que señalaba el corderito, un pompón encarnado y verde, procedente de un chacó de realistas, cuerpo á que, en sus mocedades, había tenido mi tío la honra de pertenecer.
Yo estoy al tanto de todo, y conmigo, caballero, no valen los misterios. Juro a usted, señora, que no soy el que usted supone. ¿Ni tampoco el coronel D. Juan Bautista 6 Campos, que tiene en el hueco de la mano, como quien dice, a los voluntarios realistas de media España? Tampoco.
No se indigne el autor del monumento por estos cálculos que yo hago sobre la densidad de la chistera campoamorina. O somos realistas, o no lo somos. Uno no puede, a voluntad del artista, fijar su atención en tales detalles y apartarla de tales otros.
Los enemigos de los realistas también están excitadísimos, de suerte que nos encontramos en medio de dos partidos y en nuestro propio país proscritos y sospechosos a unos y a otros. ¡Dios mío, derrama sobre todos el espíritu de paz y de justicia! Alfonso ha partido otra vez para París. ¿Qué objeto tendrá su viaje? 11 de junio de 1819.
Los realistas ocupaban por entonces, no solo todo el Alto Perú, sino tambien la mayor parte del Bajo, y se encontraban muy animados y llenos de esperanza á causa de sus recientes triunfos.
En Junio de 1823 tuvo término y desastroso fin el salón de lectura, y cuando el día 13 las turbas realistas saquearon el establecimiento, destrozaron la tribuna, quemaron el mobiliario y prendieron fuego á cuantos papeles liberales había allí coleccionados, los cuales tanto habían entusiasmado á los ardientes patriotas sevillanos.
Zea ha emprendido el desarme de los voluntarios realistas?... Sí, el fantasmón de Castroterreño en León y el mentecato de Llauder en Cataluña ponen despachos al Gobierno diciendo que han quitado las armas a los voluntarios realistas. ¿Usted lo cree? ¿Usted cree que se pueden quitar los rayos al sol?
El resultado de las gestiones de Millán confirmó la sospecha de Pepe: el regente de la imprenta donde se tiraba el diario que dio la noticia, dijo que el predicador de que se trataba era don Tirso Resmilla, quien abandonando su curato de un pueblo del Norte, había venido a Madrid, pocos meses atrás, como persona de confianza para los elementos realistas de la diócesis a que pertenecía.
Unos 450 prisioneros y todas las armas de los realistas quedaron en poder de los vencedores. A esta victoria siguió la de los Horcones, nombre del territorio en que Ribas volvió á derrotar á los españoles y está situado entre el Tocuyo y la ciudad de Barquisimeto.
Si un batallón mallorquín recibía orden de marchar a España en caso de guerra, los soldados se amotinaban, salían del cuartel y saqueaban «la calle». Cuando las reacciones sucedían en España a las revoluciones, los realistas, para celebrar su triunfo, asaltaban las platerías de los chuetas, se apoderaban de sus riquezas y hacían hogueras con los muebles, arrojando a las llamas hasta los crucifijos... ¡Crucifijos de antiguo judío, que forzosamente habían de ser falsos!
Palabra del Dia
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