Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de junio de 2025


Cada intento de posesión provocaba en Margarita una protesta vehemente y pudorosa, como si los dos se encontrasen por vez primera. Es imposible decía : pienso en mi hermano; pienso en tantos que conozco y tal vez á estas horas habrán muerto. Llegaban noticias de combates; empezaba á correr en abundancia la sangre. No, no puedo repetía ella.

En la esencia de su todo que es esencia de lirismo que convergen hacia un foco por la acción de los espejos envolviendo pudorosa sus encantos tropicales, cual si fueran de una flama los lumínicos reflejos, que convergen hacia un foco por la acción de los espejos convergen los más hermosos, los más santos ideales.

Pasaron unos cuantos segundos, y de pronto vio caer al suelo la toalla, que pocos días antes colocara con pudorosa cautela, a modo de tapón, notando al mismo tiempo que por el agujerito destinado a la llave asomaba un mango de pluma, con el cual don Juan había empujado el lienzo hasta tirarlo. Venirse abajo el paño de manos, retirarse el mango de pluma y mirar ella por el agujerito, todo fue uno.

Había trasladado cargamentos de chinos de Hong-Kong a San Francisco de California; montañas de trigo de Odessa a Barcelona; recordaba viajes a Australia, a la vela, por el cabo de Buena Esperanza; hacía memoria, con sonrisa pudorosa, de sus juergas de la Habana, en plena juventud, con ciertos marinos rumbosos como nababs y valientes y crueles lo mismo que los aventureros de otros siglos, los cuales, al bajar a tierra, gastaban en unas cuantas noches la ganancia de sus viajes desde las costas de África con la bodega abarrotada de negros.

Pero lo que es guapa... ¡ya lo creo que me lo parecía usted! ¡Vaya un cuerpo... en fin, aquí está, gracias a Dios, y se puede ver! Poseído de súbito ardimiento amoroso, extendió ambas manos hacia el talle de Carolina, quien, deseando mostrarse pudorosa, pero no arisca, echó el cuerpo para atrás, diciendo con mucha monería: ¿Qué había usted de fijarse en nadie, estaba usted chalado con aquélla?

Es un harén de moras civilizadas, un gineceo no oculto en la pudorosa sombra del hogar, sino descaradamente implantado en el sitio más público que darse puede.

¡A Juan que, suponiéndola apenada, no bien acabó con cuanta prisa pudo su empeño en el pueblo de los indios volvió a la ciudad, y de allí, aprovechando la noche por sorprender a Lucía con la luz de la mañana, emprendió sin descansar el camino de la finca a caballo y de prisa! ¡A Juan, que con amores muy altos en el alma, consentía, por aquella piedad suya que era la mayor parte de su amor, en atar sus águilas al cabello de aquella criatura, no tanto por lo que la amaba él, sin que por eso dejase de amarla, sino por lo que lo amaba ella! ¡A Juan que, puestos en las nubes del cielo y en los sacrificios de la tierra sus mejores cariños, no dejaba, sin embargo, por aquella excelente condición suya, de hacer, pensar u omitir cosa con que él pudiera creer que sería agradable a su prima Lucía, aunque no tuviese él placer en ella! ¡A Juan que, joven como era, sentía, por cierto anuncio del dolor que más parece recuerdo de él, como si fuera ya persona muy trabajada y vivida, quienes a las mujeres, sobre todo en la juventud, parecían encantadores enfermos! ¡A Juan, que se sentía crecer bajo del pecho, a pesar de lo mozo de sus años, unas como barbas blancas muy crecidas, y aquellos cariños pacíficos y paternales que son los únicos que a las barbas blancas convienen! ¡A Juan, que tenía de su virtud idea tan exaltada como la mujer más pudorosa, y entendía que eran tan graves como las culpas groseras los adulterios del pensamiento!

Aquí, matas enteras de la púrpura mas viva ó del dorado de mayor pureza, allí, los acacias cuyo olor es idéntico al de la bainilla, acullá, enfin, la pudorosa sensitiva con sus leves penachos color de rosa, lisongean agradablemente á la vista y sonrien á la imaginacion. Fisonomía animal.

Es, pues, el caso continuó el cruzado que este joven, si bajo un aspecto es la misma virtud, bajo otro es un monstruo, señores, un monstruo; el mayor enemigo del sosiego doméstico, el corruptor de las familias, el terror de la pudorosa amistad... Nueva pausa y asombro de todos. Presentación me miraba con la mitad de su alma en cada ojo.

Cuánto más le miraba, entre brutalmente apasionada y sinceramente pudorosa, más fea se ponía; pero a él debiole parecer hermosa y codiciable como a Salomón la Reina de Saba, porque con voz melosa le dijo: ¡Paloma! La Mona quiso tenderse a sus pies sobre el montón de trapos para velarle el sueño destripando colillas y haciéndole pitillos, pero él volvió a llamarla como un animal a su hembra.

Palabra del Dia

rigoleto

Otros Mirando