Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de junio de 2025
Don Juan, loco de contento, dio la vuelta hacia San Antonio, diciéndose mentalmente: «Es indudable que se ha casado por despecho; todavía me quiere..., ha consentido en que nos veamos, lo ha jurado por su hijo, ¡pobrecilla!, y después ha dicho 'prudencia', es decir, todo se arreglará. El arreglo corre de mi cuenta. La cosa no es tan fácil como parece. Vamos a cuentas.
La pobrecilla no aprende, no adelanta un solo paso en el arte de agradar; no tiene instintos de seducción, desconoce las gaterías que embelesan.
¡Pobrecilla! con las manos, deformadas horriblemente por los sabañones, restregábase los ojos, haciendo ese hipo lastimero del niño que va a llorar; Quilito, compadecido, la acarició los pelos cerdosos, irreductibles a la disciplina de la peineta.
Me besó en las mejillas, como si fuera yo un chiquitín. Estaba llorando. Me dejó húmedo el rostro. ¡Entra para que te vea Carmen! Y agregó sigilosamente, agarrándome de un brazo: La pobrecilla está muy malita, muy malita. Te vas a entristecer al verla. No te lo hemos dicho para que no perdieras la tranquilidad en tus estudios.
Del ensayo resultó que para evitar el pronombre daba la pobrecilla infinidad de rodeos y se metía en una serie interminable de perífrasis: si se aventuraba a dirigirme un tú, lo hacía bajando la voz y pasando como sobre ascuas. Cuando empezó el segundo acto, volvió a escuchar atentamente.
Adornaron el cuarto de la enferma de blanco, lo cubrieron de sobrecamas y trajeron flores y estampas religiosas. En el momento de darle el Viático había unas mujeres en el pasillo del caserío con velas encendidas. La Shele era muy cariñosa, y sin duda de verse mimada en aquel trance, se encontraba alegre y sonriente. Por la mañana murió la pobrecilla.
¡Qué desgracia!... ¡Qué dolor!... dijo turbada. ¡Pero hay, sin embargo, que tener fuerza suficiente para resignarse al destino!... Doctor agregó, volviéndose hacia Bérard, que se acercaba en ese momento al Príncipe. Desearíamos retirar de allí el cadáver... ¡Me figuro a ratos que la pobrecilla sufre en el suelo!... Y a toda esta gente, ¿no se la podría pedir que se alejara?
El devoto mirose los zapatos y añadió: Me aguardan en Bellasvistas, señor de Maltrana. Llevo tres reales en el bolsillo y unas hojitas para cierta viuda. La pobrecilla está muy mal; tiene un batallón de chiquillos. Ya sabe usted, don Isidro, dónde vivo. A ver si me honra un día con su presencia y visita mi jardín.
Es necesario descubrir la verdad, castigar a los culpables, si los hay, vengar la muerte de esa pobre señora, en el caso de que haya sido asesinada. ¿Querría usted que los asesinos quedaran impunes? Voy a decir a usted lo que yo creí comprender. La pobrecilla no me habló nunca de él.
La conversación iba a tomar un sesgo demasiado frívolo, y Miguel lo cambió preguntando con interés: ¿Y VV. qué tal se encuentran en Madrid, mamá? A mí me sienta bien este clima... a Julia no tanto. ¡Pobrecilla!... acostumbrada al calor de Sevilla, el frío de este pueblo no le hará mucho provecho seguramente.
Palabra del Dia
Otros Mirando