United States or Nicaragua ? Vote for the TOP Country of the Week !


Juan y Fr. Pedro de Pisa, con el fin de calmar los ánimos, pues a consecuencia de la trágica muerte de los Amantes, del dolor y lástima pasaron las circunstancias a la ira, volviendo a recrudecerse los bandos y parcialidades que dividían la población principalmente entre los Muñozes, Garceses y Seguras, quienes hubieran acudido a las armas a no mediar con su palabra aquellos venerables religiosos.

Yo no lo que hará el señor de Miranda; pero lo que es el pobre papá... besaría en donde usted pisa. Estoy segura de ello. Y Lucía, con un movimiento de apasionada y popular gratitud, hizo ademán de inclinarse ante Artegui. Un marido no es un padre... contestó éste . Lo racional, lo sensato, señora, es que me vaya.

Escasean, pues, las expansiones colectivas, y todavía no tanto en los pueblecillos como en aquellas tristes ciudades subalternas, que tienen algo de Pisa la Morta..... Por cierto que, cuando en éstas hay motines, son siempre incumbencia de las mujeres de la clase ínfima, nunca de los hombres. Los hombres, lúgubres y callados, constituyen á lo sumo la reserva.

Benvenuto Cellini, aquel genio creador en el arte de ornamentar, dice que ningún cuadro de Miguel Ángel vale tanto como el que pintó a los veintinueve años, en que unos soldados de Pisa, sorprendidos en el baño por sus enemigos, salen del agua a arremeter contra ellos. La precocidad de Rafael fue también asombrosa, aunque su padre no se le oponía, sino le celebraba su pasión por el arte.

No como la encina, que se levanta orgullosa hasta que el rayo la hiere, sino como las yerbecillas fragantes de las selvas y las modestas flores de los prados, que dan más suave y grato aroma cuando el villano las pisa.

Así se llama la mujer vestida de negro. Cuando volvimos de almorzar, estuvimos hablando con la lechera, la cual nos reveló secretos que nos afligen profundamente. La jóven que habita uno de los cuartos principales del hotel de enfrente, no es francesa; es de Pisa, una de las más célebres ciudades de Toscana, una de las más bellas ciudades del mundo.

Nietzsche había dicho á los hombres: «Sed duros», afirmando que «una buena guerra santifica toda causa». Había alabado á Bismarck; había, tomado parte en la guerra del 70; había glorificado al alemán cuando hablaba del «león risueño» y de la «fiera rubia». Pero Argensola le escuchó con la tranquilidad del que pisa un terreno seguro. ¡Oh tardes de plácida lectura junto á la chimenea del estudio, oyendo chocar la lluvia en los vidrios del ventanal!...

En Roma se encontraba cuando el saqueo de la ciudad en 1527 por las tropas de Borbón, y de allí se trasladó á Pisa, volviendo después á la ciudad de los césares, en donde trabajó con verdadero entusiasmo y afán, estudiando las maravillas artísticas. En Italia ha escrito un autor Luís de Vargas «se encontró con un arte exhumado, con un mundo desenterrado.

Había desaparecido el vapor en unos cuantos minutos, hundiendo su proa en las aguas y luego las chimeneas, colocándose en una posición casi vertical, como la torre inclinada de Pisa, con las dos hélices volteando locas en su remate á impulsos de un estremecimiento agónico. El narrador empezó á quedar solo. Otros náufragos que iniciaban á su vez el lúgubre relato atrajeron á los curiosos.

11 también serás embriagada, serás encerrada; también buscarás fortaleza a causa del enemigo. 14 Provéete de agua para el cerco, fortifica tus fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, fortifica el horno. 15 Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como langosta.