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Actualizado: 17 de julio de 2025
Toda aquella columna vestida con petos de luciente acero y brillantes morriones coronados de penachos de plumas, presentaba un golpe de vista cuyo esplendor ningún despliegue de tropas modernas puede igualar. Y sin embargo, los hombres de eminencia en lo civil, que marchaban inmediatamente en seguida de la escolta militar, eran aun más dignos de la observación de una persona pensadora.
Hé aquí como conocemos el yo. La conciencia nos manifiesta su actividad pensadora; esta es la materia suministrada por el hecho; pero luego viene el principio, la verdad objetiva, iluminando el hecho, mostrando la repugnancia entre el pensamiento y la composicion, el enlace necesario entre la simplicidad y la conciencia.
Es natural ... dijo también suspirando el cura, e inclinando con melancolía su frente pensadora, surcada por arrugas precoces. Aquello me puso silencioso, y así tomé asiento junto a un buen fuego que ardía en la humilde chimenea del saloncito. Hasta entonces pude examinar completamente la persona del cura.
Las sombras, sin ennegrecer el cielo purísimo, se limitaban a dar a su azul el tono obscuro en que parece expresarse una serenidad pensadora.
Su cuerpo había sido gallardo y conservaba aún restos de arrogancia; mas su rostro ofrecía perfecta semejanza con el de aquel enano de Felipe IV, titulado El Primo, que retrató Velázquez y copió Goya, grabándolo al aguafuerte: tenía la misma nariz colgante, los mismos ojos tristes, el mismo bigote retorcido, la misma frente extensa y pensadora, con la sola diferencia de que Villamelón partía por medio su ya escasa cabellera con una raya que, arrancando de la raíz del pelo, llegaba hasta el cogote, formándole sobre las orejas dos pequeños cuernecitos.
Donde quiera le reconocereis por su fisonomía altiva, pensadora y original, su vestido propio, libre de trabas y de modas, en que la cachucha hace el principal papel; le vereis cantando por las calles, sin cuidarse de nada ni de nadie, con la querida del brazo y la pipa ó el cigarro en la boca; con el cabello y la barba en desórden y creciendo á discrecion; vestido á la diabla; contento, libre, soñador, generoso, extravagante, revolucionario demócrata y dado á las elucubraciones filosóficas; poco dogmático y muy apasionado por las discusiones intrincadas y eruditas, y ya inventando sistemas desde el colegio; buscando desde temprano las agitaciones de la prensa y de los clubs; burlon, pero sin chiste picante; filósofo prematuro, amigo de querellas y asiduo en el culto de la botella ó del jarro de cerveza.
Ella misma, como era reflexiva y pensadora, y como en sus ratos de ocio, que no eran pocos, había leído y aprendido bastante, se afanaba por lograr el propio conocimiento y lo encontraba harto oscuro.
No, no hablo de eso; hablo de la Alemania inteligente, de la Alemania pensadora, de la Alemania literata, de la Alemania estudiosa y grave, de la Alemania instruida y profunda. Es sin duda alguna la Alemania la nacion mas avanzada de Europa en letras; el pueblo que mas medita y lee, el pueblo que tiene mas conciencia literaria, mas rectitud pensadora, si se me permite la frase.
Esta frase suya hizo fortuna y por mucho tiempo Ben Zayb la estuvo parafraseando y con él toda Manila, la Manila pensadora la celebraba; la frase llegó hasta la Corte, se citó en el Parlamento como de un liberal de larga residencia, etc., etc., etc., y los frailes, honrados con la comparacion y viendo afianzado su prestigio, le enviaron arrobas de chocolate, regalo que devolvió el incorruptible don Custodio, cuya virtud inmediatamente Ben Zayb comparó con la de Epaminondas.
Era un alma adusta y severa aquélla que había creído que era preciso amputar a la Francia todos sus miembros aristocráticos para cimentar la revolución. «Nuestros nombres decía Danton bajarán a la posteridad execrados, pero habremos salvado la República.» El terror entre nosotros es una invención gubernativa para ahogar toda conciencia, todo espíritu de ciudad, y forzar al fin a los hombres a reconocer como cabeza pensadora el pie que les oprime la garganta; es un desquite que toma el hombre inepto armado del puñal para vengarse del desprecio que sabe que su nulidad inspira a un público que le es infinitamente superior.
Palabra del Dia
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