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Un mercader chino, de esos que han nacido para el mostrador y que está tan incrustado á él como la sonrisa á su cara, me puso al tanto de cuanto ocurría. Por su conducto se habían hecho muchos pedidos á Manila de cintas, lazos, plumas, abalorios y lentejuelas, y hasta me dijo que uno de los vestidores había encargado medias de seda, ligas azules, y botitas imperiales de raso grana.

¡Qué interesante el comisionista alemán! dijo Ojeda . Tal vez con el tiempo haya quien lo cante lo mismo que a los paladines medievales que corrían el mundo por difundir la gloria de su dama. Hoy la dama es la industria, y la gloria la nota de pedidos.

Tuvieron muchas disputas desde el año de 1258 hasta el de 1262, i al cabo hicieron unas tablas tan famosas como todos saben; i despues de haber hecho esta grande obra i de haberles hecho muchas mercedes, los envió contentos á sus tierras, dándoles franquezas, i que fuesen libres ellos i sus descendientes de pechos, derechos i pedidos, de que hai cartas fechas en Toledo á doce dias andados del mes de Mayo, era 1300

Complemento de este negocio en blanco, fueron la damasquería gruesa, los cutíes para colchones y la mantelería de Courtray que vino a ser especialidad de la casa, como lo decía un rótulo añadido al letrero antiguo de la tienda. Las puntillas y encajería mecánica vinieron más tarde, siendo tan grandes los pedidos de Arnaiz, que una fábrica de Suiza trabajaba sólo para él.

Habéis hecho bien en acechar; dadme un papel y tintero. Ruy Soto sirvió al momento los objetos pedidos al padre Aliaga, que escribió rápidamente una carta y la cerró. En el sobre se leía: «Al tribunal de la Santa inquisición».

ROMANCERO SELECTO. Tomo I: Romances moriscos; con grabados y encuadernación, 2 pesetas 50 céntimos. CERVANTES. Novelas: un tomo encuadernado y con retrato del autor, 2 pesetas 50 céntimos. LOPE DE VEGA. La Dorotea: un tomo encuadernado con retrato del autor, 3 pesetas. Los pedidos de ejemplares ó suscriciones se harán directamente á la librería de D. Mariano Murillo, calle de Alcalá, 7.

Los cuatro o seis herreros establecidos en la villa no daban ni podían dar cumplimiento a los numerosos pedidos de cerraduras, pasadores, trancas de hierro y llaves maestras que de todas las casas les hacían. Los ladrones de las Aceñas no habían sido habidos. Todos preveían, con más o menos fundamento, que andaban rondando la población para caer, sobre ella a saco en un plazo perentorio.

Ver D. Bonifacio las primeras muestras del estilo de Senquá y chiflarse por completo, fue todo uno. «¡Barástolis!, ¡esto es la gloria divina decía ; es mucho chino este...!». Y de tal entusiasmo nacieron pedidos imprudentes y el grave error mercantil, cuyas consecuencias no pudo apreciar aquel excelente hombre, porque le cogió la muerte.

Indudablemente el difunto Arnaiz no había visto claro al hacer tantos pedidos; se cegó, deslumbrado por cierta alucinación mercantil; tal vez sintió demasiado el amor al artículo y fue más artista que comerciante. Había sido dependiente y socio de la Compañía de Filipinas, liquidada en 1833, y al emprender por el negocio de pañolería de Cantón, creía conocerlo mejor que nadie.

La chica, señalando seis o siete grandes cajas de cartón que había sobre la mesa y en el suelo, repuso: Aquí están las coronas que ha encargado la señora para el cabo de año. ¡Baja esa voz! ...no las han traído antes porque no habían llegado, y dice el dependiente de la tienda que tenga la señora la bondad de escoger ahora mismo la que quiera porque hay muchos pedidos.