Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de noviembre de 2025
Y ¿seréis vos la madrina? 2155 Porque ser padrino quiero. DO
Ya era cristiano Antonio Diego Sebastián; doña Celestina le había tomado de brazos del tío padrino, y sentada en la tarima de un confesionario, junto a una capilla, rodeada de aquellos amigos y curiosos, se entendía hábilmente con cintas y encajes para volver a sepultar bajo tanto fárrago de lino el cuerpo débil, flaco, de la criatura.
Si lo viera usted cuando se pone a mirarme... ¡Pobrecito! Me quiere mucho. Sabe que le quiero más que a mi vida, y que es para mí el mundo entero. Ya sabe usted lo convenido. Seré padrino de Su Excelencia. Usted me lo prometió la última vez que nos vimos. Sí, sí, y no me vuelvo atrás. Usted será padrino. Muy bien. Se llamará Juan, después Evaristo, y después Segismundo.
Y Rafael, escondiéndose del padrino para galantear a su hija, aguardaba pacientemente a que un día se plantase el viejo delante de él, diciéndole con su campechana rudeza: «¿Pero qué esperas para llevártela, bobalicón? Carga con ella y que de salú te sirva». Comenzaba a amanecer. Rafael veía más claramente la cara de su novia al través de la reja.
Ha querido confortar mis penas con sus ilusiones y mi desesperación con su esperanza. Cuando la veo, me dan ganas de vivir y de ser bueno y arreglado y de unirme para siempre con ella. Aquí está...». Viene humildemente vestida y trae un lío de ropa. JOAQUÍN. Más grande es la del Paraíso; al menos así lo dicen, que yo no la he visto. ISIDORA. ¿Ha venido mi padrino?
Pero cosas allá de su madre y su padrino, a cual más escrupuloso en la materia... eso es; porque san Leto era el santo de aquel día, primero de septiembre... Pero ¡caray! dije yo, aunque esa sea la costumbre en la familia, me parece a mí que, por una vez, bien se puede quebrantar... eso es, en gracia siquiera de lo raro del nombre: pongámosle otro más, para llamarle por él, y así queda todo arreglado.
Mi padrino es el mejor de los hombres y antes que causarme la más pequeña pena está dispuesto á olvidar lo que usted le ha hecho y á reconciliarse con usted." Pero no tuvo tiempo. La señorita Guichard se levantó, llamó y dijo al criado: "Ruegue usted á la señorita Herminia que venga." Esta sencilla frase borró los escrúpulos de Mauricio.
Pero Rafael protestaba. ¡El gran amigo de su padrino, el que había sido jefe de su padre!... ¿Cómo podía pasar por la puerta de su casa sin entrar en ella?... Y casi a viva fuerza lo metió en el cortijo, mientras Manolo seguía adelante. Anda, que hoy tendrás buen despacho le dijo Zarandilla. Los mozos se pirran por tus papeles y tendrán en qué entretenerse mientras llueva.
Apenas Fortunato y Clementina tuvieron tiempo de advertir la molestia de encontrarse juntos, porque enseguida entraron Herminia y Mauricio. No fué necesaria presentación alguna. Al ver á Roussel, el novio gritó: ¡Mi padrino! Y enseguida Herminia añadió en una exclamación de alegría: ¡Qué dicha!
Se me trababa la lengua, se me hacía de noche dentro del caletre, como cuando iba a la escuela; tenía miedo de que te ofendieras y que el padrino me diese encima unos cuantos palos con una tranca, disiéndome: «¡Arre allá, so sinvergüensa!», lo mismo que cuando se mete en la viña un perro vagabundo... Por fin, salió la cosa. ¿Te acuerdas? Algo costó, pero nos entendimos.
Palabra del Dia
Otros Mirando