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Actualizado: 20 de mayo de 2025
Pero, aunque con perfecta cortesía, Julieta había respondido de tal modo a sus reiterados ofrecimientos, que la solterona, desengañada, se había eclipsado prudentemente llevándose en su retirada a las concurrentes habituales de la oficina, a quienes la nueva empleada desconcertaba por su clara mirada y por la exquisita política de su: «¿Qué desea usted, señora?»
Yo beberé, ya que no pueden ustedes hacerlo por la pijotera ordenanza; y que les sirva de provecho... ¡A la salud de todos ustedes! Choca, Fermín: choca tú, Chivo. Decid todos conmigo: ¡Viva el tricornio!... Se cansó por fin de ir de grupo en grupo sin que aceptasen sus ofrecimientos y dio por terminada la expedición.
El segundo hermano hizo los mesmos ofrecimientos, y escogió el irse a las Indias, llevando empleada la hacienda que le cupiese. El menor, y, a lo que yo creo, el más discreto, dijo que quería seguir la Iglesia, o irse a acabar sus comenzados estudios a Salamanca.
Parecióle al Emperador Andronico que convenia á su seguridad y crédito, dar á entender que los ofrecimientos hechos á los nuestros se habian de cumplir con mucha puntualidad, y para que esto se mostrase luego con las obras, dió principio por lo que parecia mas difícil, que fué el casamiento de Roger con su sobrina María, con que todos quedaron satisfechos, juzgando por ciertas las demás mercedes como inferiores y más fáciles de cumplir.
Pero don Fernando, Cardenio y el cura le hicieron más llanos y más cortesanos ofrecimientos. En efecto, el señor oidor entró confuso, así de lo que veía como de lo que escuchaba, y las hermosas de la venta dieron la bienllegada a la hermosa doncella.
Habían ocupado tres automóviles, saliendo en fila a toda velocidad, piloteados por Gómez, que señalaba el rumbo desde el pescante del primer vehículo. ¡A morir los caballeros!... Aceptó Fernando los ofrecimientos de un chófer mulato, y fiado a su capricho, emprendió una excursión por Río Janeiro.
-Verdad es, señora mía -respondió don Quijote-, que siento la ausencia de Sancho, pero no es ésa la causa principal que me hace parecer que estoy triste, y, de los muchos ofrecimientos que vuestra excelencia me hace, solamente acepto y escojo el de la voluntad con que se me hacen, y, en lo demás, suplico a Vuestra Excelencia que dentro de mi aposento consienta y permita que yo solo sea el que me sirva.
Preguntáronle sus compañeros si había cenado, y, respondiendo que sí, el que había hecho los ofrecimientos le dijo: -De esa manera, Antonio, bien podrás hacernos placer de cantar un poco, porque vea este señor huésped que tenemos quien; también por los montes y selvas hay quien sepa de música.
Los billetes que, sin saber cómo, a mis manos venían, eran infinitos, llenos de enamoradas razones y ofrecimientos, con menos letras que promesas y juramentos.
En vano la voz cuerda le insultó mientras formulaba tales ofrecimientos. Se comprometía ciegamente; tal vez esta aventura iba á ser la más terrible de su historia... Pero para acallar sus escrúpulos, la otra voz gritaba: «Eres un caballero, y un caballero no abandona por miedo á una mujer horas después de haber recibido el presente de su cuerpo. ¡Adelante, capitán!»
Palabra del Dia
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