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Actualizado: 6 de junio de 2025
La única obligación tuya, lo único que me debes es el cumplimiento de mi esperanza y de la fe que puse en ti. No desmayes. Lánzate valerosamente en el sendero de la vida.
Yo le he hecho creer a mi mamá que entre tú y yo ganamos aquella célebre batalla. ¿Y Santorcaz? En Madrid sigue de comisario de policía. Nadie le puede ver; pero él se ríe de todos y cumple con su obligación. Con que juguemos. Yo voy al caballo.
Con tal motivo, la Condesa vendió su casa de París, y se retiró al campo, donde vivió con mucho orden y economía, consagrándose por completo a la educación de su hijo. Aquí también le esperaban nuevas penas y tristezas. Pablo de Lavardens era inteligente, amable y bueno, pero absolutamente rebelde a toda obligación y a todo trabajo.
Desde el momento en que media el dinero decía, ya no hay más que un negocio en el cual el corazón no entra para nada y que no compromete, de ningún modo, al agradecimiento. Doy y das. El talento mismo, en tales casos, no es más que una obligación de probidad. Había ensayado muchas posiciones e intentado diversas empresas, no por afición, sino por necesidad.
No hace muchos días que la llegada inesperada a Madrid de un extranjero, antiguo amigo mío de colegio, me puso en la obligación de cumplir con los deberes de la hospitalidad. Acaso sin esta circunstancia, nunca hubiese yo solo realizado la observación sobre que gira este artículo.
Segun la nueva tarifa puede tomarse actualmente un carruaje por minutos, no teniendo obligacion de pagar como ántes una hora, sino el tiempo empleado; cada carruaje tiene un reloj fijo para indicar el momento en que se toma. Los alrededores de la colosal metrópoli son tambien dignos de ser visitados por mas de un concepto.
Sabe que el poner casa la de Rufete no puede atribuirse aún a sospechosos motivos; sabe, pues hay obligación de que se te diga todo, que el mismo día 12 por la mañana recibió nuestra hermosa protagonista dos cartas de Tomelloso.
De los restantes trabajos dramáticos de Montalbán, dignos de loa, sólo merecen mención especial los que llevan el título de Cumplir con su obligación, Ser prudente y ser sufrido, Como á padre y como á Rey y La más constante mujer. Las demás, que conocemos, nos parecen muy inferiores á las anteriormente citadas.
Declaré que sí lo era, y continuó ella, sin soltar mi mano de entre las suyas: Sabía yo por Neluco que andaba usté por ayá; y por eso, y por el aire, y por algo que ha dicho... y por estas corazonás que a lo mejor tiene uno... ¡Hija, lo que me alegro!... ¡Vaya, vaya!... Y ¿cómo está el pobre don Celso?... Mal, creo yo, lo que nos ha dicho Neluco... Porque Neluco es tan cariñoso y tan... vamos, tan apegao a los suyos, que hora que tenga sobrante en su obligación, cátale en Robacío... Pero ¿qué hacemos aquí plantificados en el portal?
¡Bueno he andado yo todo el día! No culpéis, pues, ni á vuestra esposa, ni á vuestra hija, ni á su novio. Yo tengo la culpa de todo, señor Francisco, y yo os prometo que en saliendo de aquí no me veréis más, porque iré á meterme fraile. ¿Y crees tú que yo dejaré que tu crimen quede impune por mi parte? ¡Ah! ¡queréis dar parte á la justicia! Es mi obligación; me lo manda mi conciencia.
Palabra del Dia
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