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Actualizado: 3 de julio de 2025
Qué elasticidad de movimientos, qué vertiginosa rapidez, la que el tendero de aquel tiempo desplegaba para medir sobre la vara, el lote vendido, dejándolo amontonarse ampulosamente sobre el mostrador con elegante negligencia, acariciando el género con los dedos, llevándolo a los ojos de la compradora, poniéndoselo en la mano, refregándolo para justificar la falta absoluta de goma y otras añagazas de fábrica, y hasta trayendo el único vaso de la trastienda lleno de agua para ensopar en él el extremo de la pieza de muselina y justificar la tinta indeleble de la tela.
Por cualquier negligencia promovía en la casa un fuerte disturbio, se exasperaba, gritaba como un loco. Nadie le entendía, nadie le daba gusto. Habiendo sorprendido una sonrisa de inteligencia entre el criado y la doncella le bastó esto para imaginar que en la casa se conspiraba contra él, que todos estaban de acuerdo para vejarle y Clara la primera.
Pocas veces los miserables pueden dejar de considerar su situación como un mal que le es infligido por aquellos cuya miseria es menor. Molly sabía que si vestía harapos sucios no era por culpa de la negligencia de su marido, sino del demonio Opio, del que era esclava en cuerpo y alma, y sólo un resto de amor materno hacía que no sacrificara por completo al monstruo la vida de su hijo hambriento.
Dos órdenes de pequeños rizos; guedejas sutiles, retorcidas con negligencia, le adornaban la frente, y de las sienes blancas, cuya piel transparentaba ligeramente la raya azulada de alguna vena, le caían dos airosos mechones.
Castro, en vez de acudir a la defensa, contentóse con sonreír discretamente y exclamar con negligencia: ¡No sabéis lo que decís! Aquella sonrisa, aquel tono superior y desdeñoso, querían sin duda significar que era ridículo hablar de las interioridades de Clementina en presencia de él. Pusiéronse sobre el mantel las honras de otra porción de señoras y caballeros.
No era negligencia, era indiferencia y caimiento de ánimo lo que manifestaba aquel traje obscuro de mezclilla, aquella cadena de oro, impropia para un viaje, aquella corbata atada sin esmero y al caer, aquellos guantes nuevos, de fina piel de Suecia, de color delicado, que no iban a durar limpios ni diez minutos.
Si se ha de juzgar del estado de industria de Moxos, por lo que aun queda de ella á pesar de los atrasos debidos á la ignorancia y á la negligencia de los curas y administradores que se han sucedido desde la expulsion de los Jesuitas, se vé que á mediados del siglo anterior, no debió quedarse muy atras en sus progresos esta provincia entre los demas pueblos hispano-americanos.
Estos diálogos cortos iban exornados con una infinidad de miradas furtivas del marido para advertir continuamente a su mujer alguna negligencia, queriendo darnos a entender entrambos a dos, que estaban muy al corriente de las fórmulas que en semejantes casos se reputan en finura, y que todas las torpezas eran hijas de los criados, que nunca han de aprender a servir.
Cuando por este tiempo todo este aparato parecia se quedaba en pareceres ó disposiciones, y por otra parte se confirmaba la venida del enemigo con cuotidianos correos, y los curas se estaban durmiendo ó en inaccion, hubo quien empezó á mover el negocio, exponiendo que no se debia andar con negligencia, y que se debian juntar tropas, ponerlas listas y despacharlas á los términos de la jurisdiccion, para que no entrase el enemigo á los campos remotos de las estancias ó crias, destrozándolas y matando, sin ser castigado, y no estorbándoselo nadie.
Se han visto casos de presentarse tres de estos fanáticos, después de sorprender los centinelas de un cuerpo de guardia, y aprovechándose de la negligencia del soldado indio acuchillar toda la guardia antes de que ésta pudiera tomar las armas.
Palabra del Dia
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